El PP, cabreado por los ataques de Abascal a Feijóo: “Vox se equivoca”
Los populares están indignados con la intervención del líder ultra en el debate sobre la amnistía. “Vox tiene que decidir a quién le hace oposición”, se queja el PP
Vox ha inaugurado una nueva estrategia de ataque contra el PP que incordia a los populares. La decisión de los ultras de ir al choque con el PP fue evidente este martes, en el primer pleno de la amnistía, en el que Santiago Abascal dedicó la mitad del tiempo de su intervención a cargar contra Alberto Núñez Feijóo en vez de hacerlo contra el Gobierno por la medida de gracia. El líder de Vox fue durísimo con el PP. Descalificó al partido como un “simulacro de oposición” que “no está a la altura”, e incluso sacó a relucir la fotografía de su líder con el narcotraficante Marcial Dorado, uno de los asuntos que más incomoda a Feijóo porque le afecta personalmente. El discurso de Abascal cayó como una bomba en el PP, muy enfadado con su socio en cinco gobiernos autonómicos. “Vox se equivoca”, dijeron fuentes de la dirección popular en cuanto Abascal se bajó de la tribuna. “Tiene que decidir a quién le hace oposición”, se quejó el PP.
Abascal disparó con furia contra Feijóo, molesto porque el líder del PP hubiera condenado el día anterior sus declaraciones al diario Clarín, donde dijo de Sánchez que “habrá un momento en que el pueblo querrá colgarlo de los pies”. Según Abascal, Feijóo se había sumado al “linchamiento” contra él por esas palabras, que ahora rebaja a una “expresión coloquial” con clara intención de atenuar la polémica. Fue en ese contexto cuando el líder de Vox sacó a colación la foto de Feijóo con un narco. “Señor Feijóo, ¿sabe cuántas veces me han exigido que condene una foto con un narcotraficante? Yo nunca me sumaré a esos linchamientos”, le dijo con gesto afectado.
Abascal se quejó también de que Feijóo no haya querido coordinar con él la oposición al “golpe contra la Constitución” que a su juicio supone la ley de amnistía. “Ustedes no están a la altura del grave momento que atraviesa España”, le dijo al líder del PP, acusándolo de haber consumado una “estafa” por haber pactado con el PSOE, mientras eso sucede, las mesas de las comisiones del Congreso. “Me alegro de que los 33 diputados de Vox le incomodemos un poco”, insistió Abascal. “Pero somos necesarios para denunciar este simulacro de oposición”, remachó.
Feijóo evitó contestar a la salida los golpes de Abascal, pero dirigentes de su estrecha confianza sí mostraron su cabreo con Vox. La dirección popular atribuye la subida de pistón de los ultras contra el PP a problemas internos del partido de extrema derecha. “Están tratando de tapar su crisis interna”, sostienen fuentes de la cúpula.
Pese a su evidente enfado, en el PP dicen no estar preocupados por la nueva estrategia de ataque de Vox y su evolución hacia una versión todavía más radical. “Esta deriva de Vox le viene bien al PSOE, pero también a nosotros, porque cuanto más frikis se pongan, más nos centran”, sostiene un dirigente. El PP cree que Vox no encuentra hueco después de que ellos lograran arrebatarles la bandera de la agitación de la calle contra la amnistía, y de ahí sus aspavientos. “Nos los estamos comiendo”, sostienen en la cúpula popular.
El problema para el PP es que cogobierna con Vox cinco comunidades autónomas y varios de los principales ayuntamientos del país, así que ni puede desvincularse ni tampoco iniciar una guerra sin cuartel contra los ultras en respuesta a sus invectivas. A pesar de ello, en la dirección restan importancia a las consecuencias que pueda tener el choque entre los dos partidos para los ejecutivos que comparten. “¿Qué van a hacer? ¿Hacernos una moción de censura para poner a un candidato de la izquierda? No se lo pueden permitir”, reflexiona otro dirigente del núcleo duro de Feijóo.
Hace apenas tres meses, en septiembre, el clima era otro completamente diferente, y PP y Vox fraguaron una entente cordiale para la investidura de Feijóo, en la que los ultras votaron a favor de la candidatura del líder popular sin nada a cambio. El arranque de la legislatura ha dado paso a las hostilidades. El partido de Abascal responde en parte también a la estrategia del PP, que trata de dejarlo sin espacio político, endureciendo el tono de su discurso y aupando a portavoces de perfil combativo. Feijóo se ha rodeado de figuras del ala dura, como el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, y los portavoces adjuntos Cayetana Álvarez de Toledo y Rafael Hernando, precisamente para intentar el abordaje a Vox. Abascal se revuelve y trata de repeler la acometida saliendo al ataque, pero la guerra no ha hecho más que empezar.
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