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Sánchez defiende la amnistía en el comité federal del PSOE por “el interés de España y en defensa de la convivencia entre españoles”

El presidente en funciones reconoce que hace “de la necesidad virtud” y que antes del 23-J la medida de gracia no figuraba en sus planes en su alegato de la iniciativa para “cerrar las heridas abiertas” en Cataluña

El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista Pedro Sánchez (centro), durante la reunión de Comité Federal del PSOE, este sábado en la sede de Ferraz, en MadridFoto: SANTI BURGOS | Vídeo: EUROPA PRESS
José Marcos

La amnistía era desde hacía semanas el elefante en la habitación. La orden de Pedro Sánchez era taxativa: salvaguardar las complejísimas negociaciones con los independentistas pese al desgaste que el PSOE estaba sufriendo por la decisión de no emitir información alguna con tal de no poner en riesgo el apoyo de Junts. O, lo que es lo mismo, de Carles Puigdemont, la clave de bóveda para que haya investidura. El presidente en funciones, que en la campaña del 23-J afirmó que el expresident catalán, fugado de la justicia española desde octubre de 2017, había pasado de ser un “problema” para España a convertirse en una “anécdota”, ha dado este sábado un paso definitivo para su reelección; tras consumir uno de los dos meses de que dispone para lograrla antes del 27 de noviembre. Y lo ha hecho con una defensa sin ambages y sin rodeos, como hasta ahora nunca había hecho, de la medida de gracia a los encausados del procés.

“Cataluña está lista para el reencuentro total. Los representantes de más del 80% de los catalanes respaldan esta medida. Y, por esas mismas razones, en el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada”, ha afirmado el secretario general del PSOE. Sánchez ha esperado al comité federal, el máximo órgano de decisión del PSOE, para romper su silencio y buscar el respaldo del partido a favor de la amnistía. El comité federal, compuesto por unos 300 miembros, ha aprobado por aclamación la consulta a la militancia para formar un Gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas. La pregunta no cita de forma expresa la amnistía, contra la que se han pronunciado Emiliano García-Page y Odón Elorza, pero en Ferraz recalcan que el discurso de Sánchez le permitirá a la militancia votar “con toda la información disponible”. En plata: con la certeza de que habrá una amnistía, a falta de que se conozcan los detalles de la medida de gracia.

El líder socialista, que hasta ahora había pronunciado una sola vez la palabra amnistía ―el 6 de octubre en los últimos compases de la cumbre de Granada, mientras que este sábado lo ha hecho cinco veces―, ha hecho una defensa encendida de la medida de gracia, aunque ha reconocido que no figuraba en sus planes. Eso cambió con el resultado de las elecciones generales del 23-J. “Siempre supimos que debíamos proseguir por el camino del reencuentro y que eso implicaría medidas adicionales de gracia. Así lo defendí con los indultos, dije que eran un primer paso y que harían falta más. No las planeábamos para ahora, pero sabíamos que la superación definitiva del conflicto requeriría otras medidas de gracia en el futuro, porque no se podía dejar esa herida abierta indefinidamente. Es cierto, no era nuestro plan para este tiempo, pero uno no siempre en política como en la vida puede elegir los momentos en los que se realizan sus planes”, ha reconocido Sánchez.

“El coraje también se manifiesta a veces haciendo realidad un dicho español: que hay que hacer de la necesidad virtud”, se ha llegado a sincerar Sánchez para sorpresa general, según todos los miembros del comité federal consultados. “Esta medida es una condición para que pueda haber un Gobierno de progreso y para evitar un Gobierno de la derecha y la ultraderecha”, no ha ocultado el presidente en funciones tras semanas de mutismo. Sánchez también se ha escudado en que “hay 56 diputados y diputadas que reclaman una amnistía para apoyar la investidura”, en alusión a los parlamentarios de Sumar (31), ERC (7), Junts (7), EH Bildu (6) y PNV (5). Un cálculo al que habría que añadir el BNG, con un diputado en el Congreso.

El PSOE se adentra de esta forma, reconociendo lo que durante semanas se ha negado a admitir abiertamente, en la semana decisiva para las negociaciones sobre la investidura. La previsión es que se aceleren después de que la princesa de Asturias jure este martes la Constitución. Sánchez se reserva otra comparecencia en la que abordará los detalles de la amnistía, pero la premura ahora es que la militancia le blinde sus negociaciones con el independentismo antes de encarar la recta final a la investidura, que en Ferraz y en la Moncloa quieren que sea la semana del 6 de noviembre. “Este partido, si pertenece a alguien, es a sus militantes, que deciden nuestro rumbo a seguir con su voto libre y democrático. Este partido reivindica una militancia autónoma que nunca falla cuando se le pide que dé un paso adelante. Por eso me dirijo a todos los socialistas a solicitar su apoyo y confianza a un Gobierno progresista”, ha abundado Sánchez. “Este no es un programa de partidos, es un programa de país, que representa a la mayoría social, haya votado lo que haya votado y viva donde vida”, ha enfatizado.

Sánchez ha insistido en la necesidad de formar “un Gobierno de progreso” frente al “retroceso” que supondría una coalición entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal y también para conseguir cerrar definitivamente “la fractura política vivida” en Cataluña. “Debemos superar todos los episodios que en épocas pasadas nos dividieron y fracturaron nuestras sociedades, dejar atrás la fractura en el llamado procés en 2017. Es una labor que empezamos con los indultos y que generaron dudas legítimas”, ha asentido Sánchez, en un reconocimiento implícito a las posturas críticas de García-Page y otros dirigentes. Sánchez ha reiterado que el encaje de la amnistía será “plenamente constitucional”, aunque no ha aclarado si Junts renunciará a cambio a la unilateralidad. “La amnistía no es un fin en sí mismo ni el fin del camino. Sé que es un paso discutible y entiendo a quienes desde el dolor por los recuerdos de 2017 sientan ese desgarro. Me hago cargo de ello, pero nuestra responsabilidad como políticos es dar ese paso, porque no podemos permitir que el pasado nos cierre las puertas del futuro. Por eso pido vuestro apoyo y confianza para darlo. Porque estoy convencido de que merecerá la pena, y porque no lo vamos a dar en solitario”, ha enfatizado Sánchez antes de concluir: “Tengo la certeza de que va a contribuir a la normalización total en Cataluña. Si hay un deseo unánime, o mayoritario, es de convivir. Este es el deseo que inspira este paso, y este es el momento”.

García-Page, que se había ausentado de los cónclaves anteriores, ha ejercido como la única voz discrepante en las más de cinco horas de comité federal junto al exdiputado Elorza, que durante años ha sido uno de los incondicionales de Sánchez. El presidente de Castilla-La Mancha, que ha recalcado que asumirá la decisión del comité federal, ha advertido de que “no hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida”, esto es, a un nuevo desafío unilateral secesionista como el de 2017. “Hay que tener límites claros. Para mí lo importante no es que el PSOE haga las cosas conforme a la Constitución, sino si los partidos con los que hablamos o discutimos o pactamos también las hacen conforme a la Constitución”, avisó antes de expresar su apoyo el pacto con Sumar. “No he encontrado argumentos para cambiar de opinión”, ha dicho García-Page a la salida, cuando ha explicado que no se posicionará en la consulta a las bases: “Si no, dirán que la condiciono”. “No podemos apoyarnos en Puigdemont, que desprecia a la democracia. Y no es una amnistía para la convivencia, es una amnistía para la investidura”, ha observado Elorza, según otros de los asistentes al comité federal.

A diferencia del resto del comité federal, ninguno de los componentes de la delegación de Castilla-La Mancha se ha levantado para aplaudir tras los argumentos que Sánchez ha dado para la amnistía. Pero el comité ha evidenciado que la posición de García-Page es minoritaria en el partido, por más que la secunden referentes históricos como el expresidente Felipe González y el exvicepresidente Alfonso Guerra. El expresidente de Aragón Javier Lambán, el otro líder territorial actual más crítico con la amnistía, como antes lo fue con los indultos, la derogación del delito de sedición y la reforma del delito de malversación, no ha asistido por razones médicas. Mayte Pérez, de la total confianza de Lambán, ha defendido que España “necesita un gobierno progresista”, sin entrar en la amnistía.

Los otros dos presidentes autonómicos del PSOE —eran nueve antes del 28-M― han cerrado filas sin fisuras con Sánchez. “La mejor manera de desmontar las vías unilaterales es con la mano tendida, desde el respeto y la empatía con quienes tienen posiciones diferentes, pero siempre con la firmeza en defensa del marco constitucional”, ha razonado María Chivite. “El nacionalismo va a seguir estando, pero debe ser una opción política más, que desde el respeto institucional trabaje con propuestas posibles, no con ilusiones utópicas”, ha añadido la presidenta de Navarra. “[Sánchez] Ha sido audaz y claro, muy clarificador de cara a la gente que tenía dudas. La búsqueda del acuerdo para el gobierno será dentro del marco constitucional, eso ha quedado clarísimo para quienes tenían dudas”, ha observado el presidente de Asturias, Adrián Barbón.

Salvador Illa, el primer secretario del PSC, ha sobresalido en el cierre de filas. “La amnistía es un sí a la convivencia, al reencuentro, a la generosidad sin ingenuidad y un sí a la Constitución. Una medida excepcional para recuperar la plena normalidad política en Cataluña y en España”, ha esgrimido antes de concluir que “la mejor garantía de que no se reactive el procés es que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno”. El Consell Nacional del PSC se reúne este domingo: Illa pedirá a la militancia del PSC que apoye “sin reservas” el acuerdo de coalición progresista con Sumar.

Para Óscar Puente, del equipo negociador y que defendió la posición del PSOE en la investidura fallida de Feijóo, el comité federal “ha servido para ver el contraste entre el altavoz que se ha dado a las posiciones críticas y la realidad del sentir general en el partido”. Un nutrido número de los 31 turnos de palabra han expresado su distancia con García-Page. Los más suaves han subrayado que el lugar para hablar son los órganos del partido. Los más duros, según diferentes miembros del órgano socialista, han sido los secretarios generales de Galicia y Murcia, que señalan que Valentín González Formoso le ha espetado, en una alusión que ha quedado clara, que “no reniegue de amnistías porque quizás va a necesitar una para que el partido le perdone todo lo que está diciendo”. “Este partido no necesita de Quijotes”, ha resaltado el murciano Pepe Vélez. En tono más comedido, el expresidente valenciano Ximo Puig ha replicado que una “tortura” sería un Ejecutivo de PP y Vox después de que García-Page vaticinase que así será la legislatura por la dependencia de Puigdemont. Otro damnificado del 28-M, el expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara, ha incidido en que “hay que apostar por la cohesión territorial y la convivencia”.

El comité federal también ha ratificado las candidaturas de José Ramón Gómez Besteiro y de Eneko Andueza como candidatos en Galicia y País Vasco en las elecciones que se celebrará, si no se adelantan, el próximo verano. “El PSOE sabe ser firme en la defensa de la legalidad, pero también flexible cuando lo que toca es garantizar la convivencia”, ha destacado Andueza. Sánchez ha cerrado el comité sin responder a nadie de forma personal y reforzando el papel que el PSOE debe desempeñar “como partido de Estado para avanzar en el reencuentro”.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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