Vox intensifica el torpedeo a los gobiernos autonómicos y locales del PP

Las tensiones en los gobiernos que comparten los socios preferentes del PP y Vox se expanden por los territorios. En los últimos días, las turbulencias revuelven ejecutivos no de coalición, sino aquellos gobiernos que el Partido Popular logró después del 28-M gracias al apoyo de los ultras para las distintas investiduras. Mayorías no absolutas en las que el PP ostenta el poder en solitario, como el Govern de Baleares o los ayuntamientos de Valencia y Sevilla, donde Vox presiona para imponer sus postulados a cambio de facilitar o no las iniciativas de los populares.

Está previsto que el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, viaje este jueves a Palma para abordar el choque protagonizado por ambas formaciones este martes, cuando los ultras frenaron los Presupuestos al votar en contra del techo de gasto presentado por la presidenta balear, Marga Prohens. La decisión se produjo después de que el PP se opusiese a una iniciativa de Vox en la que pedía la libre elección de lengua en la educación infantil y primaria. La portavoz adjunta del PP en el Parlamento balear, Marga Durán, explicó este miércoles que Vox les ha pedido “un día” antes de sentarse para resolver las discrepancias, en una reunión programada para este jueves. Mientras tanto, desde Madrid, la portavoz parlamentaria de los ultras en el Congreso, María José Rodríguez de Millán, aseguró que siguen “con la mano tendida”. Aunque el diputado de Vox por Baleares, Jorge Campos, mostró más resistencia y amenazó con convocar la comisión de seguimiento del acuerdo suscrito en junio para la investidura. Las negociaciones de hoy reconducirán la situación en un sentido o en otro.

En el Ayuntamiento de Valencia Vox apretó, pero cedió en el último momento. La extrema derecha descartaba hace solo unos días su apoyo a las nuevas ordenanzas fiscales elaboradas por el PP, y que supondrán una rebaja fiscal de 70 millones de euros, según los primeros cálculos. Sin embargo, la formación ultra votó este miércoles a favor de la medida en la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento. El giro de Vox in extremis ha suscitado las críticas de la oposición, que acusan a los populares de haber introducido a los ultras de facto en la Corporación local. La alcaldesa, María José Catalá, alegó que el pacto se circunscribe exclusivamente a las ordenanzas fiscales, a pesar de la reunión que este martes mantuvo con Garriga. El portavoz de Vox en Valencia, Juan Manuel Badenas, apuntó a que la semana pasada no conocían el contenido de las ordenanzas y que este martes el PP les facilitó toda la documentación.

En el Consistorio de Sevilla, el órdago ocurrió hace dos semanas, cuando Vox votó en contra de las modificaciones presupuestarias por valor de 14 millones de euros planteadas por el gobierno local de José Luis Sanz. La portavoz municipal de los ultras, Cristina Peláez, censuró a Sanz por su “falta de diálogo” y le indicó que no podía pretender que la oposición tragase “con ruedas de molino”.

Desde la ejecutiva nacional del PP descartan que Vox esté tensionando los gobiernos del PP, a los que prestan apoyo externo en una estrategia coordinada, sino que atribuyen el tira y afloja a cuestiones particulares. Por ejemplo, en ciudades como Valencia, a intereses personales de algunos dirigentes de Vox, arguyen fuentes de la dirección. El PP cree que la extrema derecha tiene un problema de “falta de personal” y ha ido fichando por aluvión y ahora algunos de esos fichajes se le descontrolan. De aquí que la dirección de Vox en Madrid estuviera ayudando a la alcaldesa a resolver su crisis con los concejales ultras. El PP advierte además “problemas internos” en Vox y cree que por eso no están en condiciones de desestabilizarles los gobiernos.