Una avería eléctrica en Atocha se suma a la larga lista de retrasos de los trenes de Madrid a Toledo y Ciudad Real

Daniel Tébar es usuario habitual del tren de Madrid a Toledo por motivos laborales. Todos los días se sube al tren que sale de Atocha a las 7.45 y llega a la capital de Castilla-La Mancha media hora después. Sin embargo, este martes una avería eléctrica impidió a su tren salir en hora. El motivo fue, según Adif, la rotura de un pantógrafo -el elemento que conecta un tren a la línea eléctrica- lo que provocó una avería que dejó a la principal estación del país sin operar durante más de hora y media. “Mi tren sale a las 7.45, viene de Albacete y después se va a Toledo”, cuenta Daniel, “así que cuando llegué a Atocha no estaba porque no había podido llegar”. La solución que les dio Renfe fue subirse al de las 6.45, que sí estaba estacionado, pero que no había podido salir y acumular solo media hora de retraso. Ambos servicios tenían pocos pasajeros y todos cabían en el mismo convoy. “Para lo que podría haber sido, al menos solo hemos tenido 30 minutos de retraso”, lamenta este joven más que acostumbrado a las demoras. Hasta las 13.43 no se pudo retirar de la vía el tren que generó la avería.

Este problema no es el único que se repite en el tiempo en los trayectos a Castilla-La Mancha. El martes 19 de septiembre una avería en el sistema de seguridad de la vía, el conocido como LZB, provocó retrasos en los primeros servicios de la mañana en Atocha, según fuentes de Adif. Lo peor, sin embargo, ocurrió unas semanas atrás. Marisa Gil recuerda que llegó a la estación madrileña a las 17.30 del viernes 8 de septiembre para coger su tren a Toledo, 10 minutos antes de que este saliese. “Cuando pasé el control de seguridad, ya me di cuenta de que mi tren no tenía vía y si a esas horas todavía no está puesta esa información es que va a haber retraso”, cuenta. Lo que no se imaginaba era el motivo: los pasajeros de otro tren, con destino Puertollano y que tenía la salida prevista a las 17.20, les impedían a los de Toledo subir a su convoy. Había surgido una especie de motín en protesta por los retrasos que acumula esta línea. El día anterior ya había habido otra demora similar y los ánimos estaban caldeados. Los usuarios vienen denunciando esta situación desde hace años. Incluso hay constituidas dos asociaciones, una en Toledo y otra en Ciudad Real, de ciudadanos afectados que llegan tarde a su trabajo día sí y día también.

Francisco Carnicero es el secretario de la Asociación de Usuarios del Tren de Toledo, que cuenta con cerca de 200 socios. Asegura que empezó a utilizar este medio de transporte en noviembre de 2021, pero ha sido a partir de finales de 2022 y principios de 2023 cuando los retrasos se han agravado, siendo raro el día que ningún servicio tiene incidencias. Dice que el episodio del 8 de septiembre fue excepcional, pero lo considera un reflejo de la situación. Marisa Gil lo vivió. Recuerda que cuando llegó a la vía donde supuestamente estaba su tren a Toledo había un grupo de viajeros con destino Puertollano que les impedían subirse y gritaban contra el personal de Renfe. “Vinieron dos agentes de Policía Nacional uniformados, pero no fue suficiente, así que se sumaron otros agentes de paisano, pero con un chaleco donde se podía leer ‘Policía’ e incluso se llegó a pedir la documentación a algunos de estos pasajeros amotinados, como si los agentes quisieran denunciarlos por resistencia a la autoridad”, relata esta profesora que utiliza el servicio desde la pandemia. Lo ocurrido fue definido por Renfe como una “incidencia con viajeros en la sala de embarque”, según el SMS remitido ese día a los pasajeros. Los viajeros que iban a la capital de Castilla-La Mancha acabaron llegando casi una hora más tarde de lo previsto, porque a esa incidencia se sumó otra de carácter técnico en la zona de la Sagra, en la provincia de Toledo.

Reunión con las administraciones

Los usuarios de este servicio habían tenido un verano relativamente tranquilo, asegura Francisco Carnicero, motivado en parte por una reducción de las personas que lo utilizan por las vacaciones. Daniel Tévar coincide en que durante esos meses no sufrió apenas retrasos. Sin embargo, lamenta que últimamente se están volviendo a producir averías y los problemas son más frecuentes en los trenes de primera hora de Toledo a Madrid que en sentido inverso. Sin embargo, el paso de una DANA el 2 de septiembre dejó inutilizada la vía dos días y medio. Durante ese tiempo hubo problemas en la plataforma y en los sistemas de señalización que Adif tuvo que reparar.

La situación ha provocado ya movimientos de las administraciones, tanto de la autonómica como de la local, y de las empresas públicas involucradas –Renfe y Adif- para buscar una solución. A mediados de septiembre tuvo lugar una reunión con los usuarios donde estos manifestaron la necesidad de corregir las deficiencias en la línea e introducir mejoras. Ya ha habido cambios para tratar de minimizar las incidencias. Los primeros trenes de la mañana ya salen directamente de Toledo y no tienen que ser llevados desde otras instalaciones, reduciendo la posibilidad de que surja algún problema que origine un retraso. También se ha ampliado el personal disponible ante una avería, como la presencia de un mecánico en la estación de la capital manchega desde primera hora.

Los usuarios ponen el énfasis en la información de las incidencias. “Muchas veces somos los propios usuarios los que tenemos más información que los propios trabajadores de Renfe”, lamenta Carnicero. Existe un grupo de Whatsapp con más de 200 participantes donde los pasajeros comparten las averías y plantean alternativas. Canicero recuerda que cuando el servicio quedó suspendido tras el temporal los afectados se informaron de las alternativas para llegar a Madrid a través de este grupo de Whatsapp. Incluso se llegaron a compartir vehículos particulares para cubrir la ausencia de trenes. “Pedimos a Renfe que informe más y mejor”, exige. En la estación de Toledo hace unos meses que se ha retomado el funcionamiento de la megafonía y si hay algún problema se comunica.

Está por ver qué pasa a finales de año con las bonificaciones del Gobierno central. Si no se renuevan, un abono de 50 viajes entre Madrid y Toledo que actualmente tiene un coste de 126,40 euros se duplicará hasta los 252,80 euros. A esto se suma el abono gratuito de Cercanías en Madrid –muchos combinan ambos transportes-, por lo que los usuarios piden que con un billete de Avant –el nombre del servicio comercial de Renfe entre Madrid y Toledo- se pueda viajar en Cercanías. También reclaman más flexibilidad a la hora de cambiar un viaje, ya que ahora los plazos son muy limitados y se requiere más de media hora con respecto al momento de la salida para anular un billete.