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El narco torturador que taladraba a sus rivales

La Policía localiza y detiene en una playa de Dénia a un fugitivo buscado por sonsacar información con extrema violencia a dos miembros de una organización criminal rival

Un coche patrulla frente a una comisaría, en una imagen de archivo.
Un coche patrulla frente a una comisaría, en una imagen de archivo.POLICÍA NACIONAL (POLICÍA NACIONAL)
Rafa Burgos

El aparcamiento de un centro comercial de Dénia (Alicante, 43.899 habitantes) fue el último destino en la huida de un peligroso fugitivo buscado por las autoridades alemanas por su participación en un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas. El prófugo, detenido por la Policía Nacional el pasado día 4 de septiembre en la localidad alicantina, se encargaba de sacar con “extrema violencia”, según fuentes policiales, toda la información posible a miembros de bandas rivales para averiguar el paradero de algún dirigente o para cometer vuelcos, que es como se conocen a los robos de mercancía entre grupos de narcotraficantes. Al arrestado, de 28 años y con la cara y el cuello totalmente tatuados, le constaba una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) por torturar a dos personas, una de ellas menor de edad, a las que sonsacó datos mediante quemaduras de mecheros y heridas producidas con la broca de un taladro. Los hechos, por los que se enfrenta a una posible pena de 15 años de cárcel, tuvieron lugar en abril de 2022. El arrestado ya ha pasado a disposición judicial en la Audiencia Nacional para la tramitación de su extradición.

El detenido se encontraba en la ciudad de Brandeburgo, en el noreste de Alemania, cuando concertó por teléfono una cita con una chica menor de edad que formaba parte de una banda rival, según cuentan las fuentes policiales. Tras encontrarse en un parque infantil, el torturador y sus compinches rodearon a la víctima, la introdujeron en un vehículo y la trasladaron hasta un piso franco de la organización. El objetivo era sonsacarle toda la información posible sobre integrantes de su grupo criminal. Para ello, no dudaron en ejercer la máxima violencia posible. Quemaron a la rehén con mecheros en repetidas ocasiones, le lesionaron en los dedos con llaves de tubo e incluso le produjeron heridas en el muslo con la broca de un taladro. Pese a ello, la menor resistió y no dio un solo dato.

En ese momento, el arrestado y sus colaboradores utilizaron el teléfono móvil de la víctima y contactaron con uno de sus compañeros. Volvieron a usar la violencia para forzar a la secuestrada a guiarles hasta la vivienda de su amigo y a que llamara al timbre de su puerta para que le abriera. Con esta estratagema consiguieron irrumpir en la casa y torturaron a su segunda víctima para que les entregara una cantidad de éxtasis (MDMA), una de las principales sustancias estupefacientes existentes en el mercado. Como el narcotraficante torturado no disponía de la mercancía, todos volvieron al piso franco, en el que, de nuevo mediante la aplicación de torturas, lograron que les entregara una importante cantidad de dinero.

La crueldad aplicada por el prófugo alemán fue denunciada por la menor ante las autoridades locales, que lograron identificar al torturador, que huyó del país en circunstancias que no han trascendido. Desde Berlín se emitió una orden europea de detención. Tras detectar la policía alemana (BKA) movimientos del fugitivo en la provincia de Alicante, los agentes de la sección de Fugitivos de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional lo localizaron en Dénia, uno de los más importantes centros turísticos de Alicante. Sus tatuajes facilitaron la labor, según fuentes de la investigación. Tres agentes de la Udyco central se desplazaron a Dénia y organizaron el operativo, con el que descubrieron que el prófugo visitaba a menudo un centro comercial en el vehículo que usaba para su trabajo, de reformas en inmuebles y viviendas. Fue en este centro comercial donde finalmente fue detenido, sin que opusiera resistencia, y puesto a disposición de la Audiencia Nacional.

En julio la Policía Nacional arrestó en Alicante a otro prófugo, el bosnio Mirza Gacanin, sobre el que pendían dos órdenes internacionales de detención, una de su país y otra de Países Bajos. La policía aprovechó la visita de los hijos de Gacanin para capturarlo, el pasado 3 de julio, en plena calle. Los juzgados bosnios lo reclaman en una Orden Internacional de Detención (OID) por pertenencia a grupo criminal organizado vinculado al tráfico de drogas y de armas, penado con un máximo de 20 años de prisión. Gacanin es tío carnal de Edin Gacanin, uno de los narcotraficantes más buscados del planeta, que fue detenido en noviembre de 2022 en Dubái y a cuya banda criminal se atribuyen los envíos de grandes tonelajes de droga desde Sudamérica hacia Europa.



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