El Constitucional da la razón a Teresa Rodríguez contra Podemos e IU en Andalucía

El Tribunal Constitucional ha concedido amparo a la exdiputada Teresa Rodríguez y otros ocho miembros del Parlamento andaluz que fueron expulsados de su grupo parlamentario en 2020 a instancias de Podemos e IU, tras romper con ambas la formación de Rodríguez, Anticapitalistas, con las que había estado coaligada. La sentencia estima que la Mesa de dicho Parlamento vulneró los derechos fundamentales de todos ellos al dar por buena dicha expulsión sin aplicar correctamente el reglamento de la cámara, y esto les acarreó que quedaran en la asamblea autónoma como diputados no adscritos, lo que implicaba menos tiempos de intervenciones y menos fondos para su labor parlamentaria.

La sentencia —de la que ha sido ponente la magistrada María Luisa Segoviano, del sector progresista del tribunal— concluye que los acuerdos de la Mesa impugnados vulneraron los derechos de representación política de los recurrentes. Considera que la declaración de la adquisición de la condición de diputado no adscrito afecta al núcleo de la función representativa de los diputados, ya que “la facultad de constituir grupo parlamentario se proyecta no solo a su creación e integración sino a mantenerse en ellos”. Añade que la condición de diputado no adscrito, “aun siendo una institución constitucional y no poder afirmarse que tenga un carácter sancionador, implica objetivamente unas posibilidades de actuación parlamentaria desventajosas respecto de cuando se forma parte de un grupo parlamentario”.

En sustancia, la resolución acoge los argumentos de Teresa Rodríguez y sus compañeros expulsados, que fueron acusados por la dirección de Podemos de “transfuguismo”. Los recurrentes expusieron en su recurso que los acuerdos impugnados carecían de respaldo reglamentario, ya que no había quedado acreditada la voluntad del grupo parlamentario, en el que eran mayoritarios, de darlos de baja. También alegaron que su pase a la consideración de no adscritos lesionaba el núcleo de su función representativa por la pérdida de la posibilidad de estar integrados en un grupo parlamentario.

La sentencia destaca que cuando la Mesa convirtió en no adscritos a dichos diputados no hizo una lectura correcta del reglamento del Parlamento andaluz, que “no incluía ninguna previsión respecto de la obligación de que los grupos se dotaran de una reglamentación interna, causas de expulsión de un grupo o el modo de cómo debería acreditarse su baja para adquirir la condición de diputado no adscrito, lo que se incluyó mediante reforma del reglamento de 2021″.

El Constitucional argumenta en su resolución que identificar directamente la baja en un partido con la baja en el grupo parlamentario “supone una innovación de la normativa, como lo evidencia la posterior modificación” que se hizo en el reglamento del Parlamento andaluz, en el que “ya se incluyó esa traslación automática para los casos de transfuguismo”.

Tras conocer el fallo, Rodríguez ha recalcado que “tres años y una legislatura después”, el órgano de garantías “reconoce que una diputada de IU no podía expulsar a 11 diputados de Adelante Andalucía de su propio grupo parlamentario solo porque conspiraron con PP, PSOE, Vox y Ciudadanos”. En el mismo hilo de X (antes Twitter), la ya exdiputada señala también, “Que no me vengan con que el Constitucional nos da la razón para hacerle daño a la izquierda, que tienen la sentencia escrita desde julio y no la han sacado para no hacerle daño a los partidos centralistas del régimen en las elecciones pasadas, a todos, incluido Sumar”.

Cuando se produjo su salida forzada de su grupo parlamentario, Teresa Rodríguez difundió un tuit en el que manifestaba: “PSOE, PP y Vox aprueban a propuesta de IU mi expulsión y la de mis compañer@s del grupo parlamentario durante mi permiso de maternidad. Tanto tocar las narices con las dietas y las bajadas de sueldo los ha puesto de acuerdo en algo: me odian. Es un atropello jurídico. Recurriremos”. Dos años y medio más tarde, el Constitucional le ha dado la razón.

Rodríguez en el Parlamento

Rodríguez llegó al Parlamento andaluz encabezando la candidatura de Podemos en las elecciones autonómicas de marzo de 2015. Sacó 15 escaños, un buen resultado que le supo a poco, porque el PSOE mantuvo el Gobierno andaluz y su presencia no condicionó para nada a la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, quien buscó apoyos en las filas de Ciudadanos para conservar la estabilidad. En las elecciones de 2018, volvió a ser candidata a la presidencia de la Junta, pero en esa ocasión en coalición con IU y dos minúsculas formaciones andalucistas. La confluencia se llamó Adelante Andalucía, que obtuvo 17 escaños. La convivencia duró poco. Primero, la de la propia Teresa Rodríguez, que militaba en Izquierda Anticapitalista, con la dirección nacional de Podemos liderada por Pablo Iglesias. Tras las generales de noviembre de 2019, el acuerdo de gobierno con el PSOE, que Anticapitalistas rechazaba, llevó a la ruptura definitiva con Podemos.

A partir de ahí, todo lo que pudo pasar en el grupo parlamentario de Adelante en la Cámara autonómica ocurrió. Una bronca descomunal con IU y otra con Podemos, cuya coordinación general en Andalucía ostentaba Teresa Rodríguez. Hubo una guerra de guerrillas sin cuartel que acabó de la peor forma para los de la gaditana, que fue expulsada por “tránsfuga” del grupo parlamentario junto con otros 10 diputados. “No vamos a ser nunca más la delegación andaluza de ningún partido estatal”, afirmó Rodríguez tras su salida definitiva de la órbita de Podemos. En las elecciones autonómicas del 19 de junio, Teresa Rodríguez volvió a ser por tercera vez candidata a la presidencia de la Junta. Conservó la marca de Adelante, porque sus antiguos coaligados no plantearon batalla por el nombre.

Rodríguez fue la número dos en las listas de Adelante Andalucía por Cádiz, de la que es portavoz, en las elecciones generales del 23-J, pero su formación no obtuvo representación. Previamente, en diciembre del año pasado, dejó el escaño en diciembre pasado para cumplir su promesa de no estar más de ocho años y volvió a su labor como profesora de instituto.