Arrimadas se despide como presidenta de Ciudadanos: “Los errores tienen que ser asumidos en primera persona y así lo hago yo”
La dirigente deja su cargo ante los 500 asistentes que participan en la asamblea general del partido. Ciudadanos integra el color verde oscuro a su nueva imagen corporativa
Con un discurso repleto de mensajes, cargado de autocrítica y con dardos hacia Edmundo Bal, la presidenta saliente de Cs, Inés Arrimadas, se ha despedido este sábado ante los 500 miembros del partido, entre compromisarios y altos cargos, que se han reunido este fin de semana en Madrid en la asamblea general para abrazar la nueva etapa que se abre con la refundación del partido. Un cónclave en el que Arrimadas ha dicho adiós a sus dos años como líder de la formación asumiendo su responsabilidad por los malos resultados cosechados durante su mandato como no había hecho hasta la fecha. “Pido perdón por los errores que se hayan podido cometer en esta etapa. Y hablo de mis errores porque, cuando uno asume la presidencia de un partido, sabe perfectamente que los aciertos y los éxitos serán siempre compartidos. Pero los errores tienen que ser asumidos en primera persona. Y así lo hago yo”, ha reconocido la presidenta saliente en una intervención que ha durado en torno a media hora.
Tras sus “últimas palabras” como cabeza del partido, la nueva ejecutiva ha salido al escenario. Entre ellos, Patricia Guasp y Adrián Vázquez, elegidos como portavoz política y secretario general, respectivamente, este jueves, al imponerse en primarias a la candidatura de Edmundo Bal y Santiago Saura para liderar Ciudadanos. Arrimadas se ha sumado a la foto sobre el estrado, ya que ocupa el último puesto de la lista vencedora, a la que además demostró su apoyo. Pero queda fuera del núcleo duro de las decisiones, la ejecutiva permanente, integrada por 15 dirigentes de Cs con Guasp y Vázquez a la cabeza.
El discurso de Arrimadas ha girado en torno a la gestión que su equipo ha llevado a cabo durante los últimos dos años, en los que el partido tuvo que enfrentar la marcha de Albert Rivera, que dimitió tras la debacle electoral de los comicios generales de noviembre de 2019, en los que Cs pasó de 57 a 10 escaños en solo seis meses. “Quiero hacer un agradecimiento y reconocimiento a Albert Rivera”, ha añadido la dirigente. Una crisis que la cúpula pilotada por Arrimadas, designada como presidenta en marzo de 2020 al vencer en primarias a Francisco Igea, no ha sabido remontar. Este ha sido un período crítico para Ciudadanos, jalonado por sucesivos batacazos en las urnas, como en las elecciones autonómicas de Madrid, Castilla y León y Andalucía. “Yo no he sido capaz de corregir... mi equipo no ha sido capaz de corregir esta situación tan dura, tan complicada. Doy voluntariamente este paso porque creo que este partido va a tener más opciones con una dirección completamente nueva”, ha afirmado.
El último desastre, el andaluz, en el que Cs fue borrado del Parlamento autonómico después de haber formado parte del gobierno de coalición con el PP, aceleró el proceso de refundación. Un intento por renovar el partido que arrancó en julio y que culmina con esta asamblea general, en la que se ratificarán los nuevos estatutos. “Quiero agradecer a todos los miembros de la ejecutiva ampliada y permanente. Vengo a daros las gracias por las experiencias, por las esperanzas, por las personas que me habéis permitido conocer”, ha proseguido Arrimadas, que ha recibido varios aplausos y se ha emocionado puntualmente. Al acabar el discurso, la dirigente ha bajado del escenario y ha abrazado uno a uno a los miembros de su ejecutiva saliente. Entre los cargos de la cúpula que este sábado dejan la dirección estaba el portavoz parlamentario, Edmundo Bal, sentado a su lado —muy serio— mientras se proyectaba un vídeo sobre el trabajo de la presidenta y con el que solo se ha dado dos tibios besos cuando ha saludado al resto con un abrazo. “Los afiliados han hablado con claridad. Ahora toca que todos nos apoyemos para sacar adelante este proyecto”, ha aseverado la presidenta saliente en su alocución.
Desde mediados de octubre, Arrimadas y Bal han librado una guerra abierta por los restos de la formación. Esa pugna ha desembocado en una dura batalla en las primarias, en las que el portavoz ha salido derrotado por un 14% de margen sobre la candidatura vencedora, la de Guasp y Vázquez (en la que Arrimadas figuraba en el último lugar). Para el diputado, que insiste en que esa es “la lista de Arrimadas”, esa diferencia implica que la nueva dirección tiene que asumir que una gran mayoría de las bases piden “un cambio” y exige que parte de sus demandas sean integradas en el Ciudadanos que sale de la asamblea general. Después de una bronca campaña en primarias, que ha dejado al partido roto en dos, Arrimadas ha enviado varios mensajes a Bal y ha llamado a la unidad. “Se puede remontar esto. Conseguirlo solo depende de nosotros mismos. No vamos a remontar [el partido] peleándonos, atacándonos entre compañeros. No se puede combatir el cainismo en España matando a Abel todas las semanas. Jamás se me ha pasado por la cabeza que yo era más importante que este partido. Nunca nadie es tan importante. Este partido es más importante que nosotros”, ha sentenciado la dirigente.
Fuentes del partido reconocen que será muy complicado resolver los problemas generados en el grupo parlamentario del Congreso a raíz de las primarias. Pero, en cualquier caso, ambas partes han estado negociando en las últimas horas cómo integrar a miembros próximos a Bal en el Consejo General —el máximo órgano entre asambleas, compuesto por unos 120 integrantes— y aprobar las enmiendas de los estatutos.
En su caso, Arrimadas pierde todos los poderes ejecutivos y orgánicos, pero la nueva ejecutiva ha confirmado que se mantendrá como portavoz parlamentaria en el Congreso. “Ahora me hacéis otro encargo que es seguir como portavoz, y lo voy a hacer dando lo mejor de mí. No hay honor más grande que representaros en el Congreso”, ha agradecido la presidenta saliente para poner el puño sobre la mesa. También ha alabado las capacidades de los líderes que desde este sábado tienen encomendada la difícil tarea de sacar a Ciudadanos del atolladero y ha aprovechado su despedida para mandar un mensaje al resto de partidos: “La izquierda que gobierna son la antítesis del progresismo. Que no os engañen, otros partidos no quieren nuestras propuestas. Ni siquiera quieren nuestros activos políticos. Solo quieren nuestros votos”.
Cambio de color
Cs tiene listo ya su cambio de imagen para la nueva etapa que se abre con el recién elegido equipo directivo. Como adelantó EL PAÍS a finales de noviembre, la intención del equipo de refundación era la de mantener el nombre de Ciudadanos, pero incorporar algunas novedades a su marca. Entre ellas, añadir uno o varios colores al naranja. Finalmente, según ha podido saber este diario por varias fuentes y confirmado por el equipo de dirección, el color que se integrará en su imagen corporativa es el “verde oscuro”. El nuevo logo se presentará este domingo en la asamblea. Una jornada a la que también acudirán dirigentes del grupo parlamentario de Ciudadanos en Bruselas, los liberales de ALDE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.