Interior autoriza a seguir en España al tercero de los polizones que llegaron a Canarias en el timón de un petrolero
El migrante permanecerá en el país mientras se resuelva por la vía de urgencia su petición de asilo, concedida ya a sus dos compañeros de travesía
El Ministerio del Interior ha reexaminado este miércoles el caso del tercero de los ciudadanos nigerianos que llegaron hace una semana a Las Palmas de Gran Canaria escondidos en el timón de un petrolero y le ha autorizado a permanecer en España mientras se resuelve su petición de asilo, que se tramitará por el procedimiento de urgencia.
Según han informado a EFE los abogados de Caminando Fronteras y el Secretariado de Migraciones del Obispado de Canarias, David Melián y María Vieyra, su representado quedará de inmediato en libertad y en los próximos días tendrá que comparecer ante la Policía para que le faciliten sus documentos de solicitante de protección internacional. Este hombre pidió asilo desde el hospital donde se recuperaba de un cuadro de deshidratación tras once días de travesía y sus dos compañeros lo demandaron cuando fueron devueltos al buque para que los repatriaran a Nigeria. Hasta ese momento, eran legalmente polizones y correspondía al armador del petrolero, el buque maltés Alithini II, mantenerlos bajo custodia y devolverlos al puerto de origen, Lagos. El lunes pasado, los tres recibieron respuestas negativas a su solicitud de asilo. Sin embargo, en cuestión de horas, Interior reexaminó el caso de los dos cuyo expediente estaba más avanzado, los representados por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y resolvió admitir a trámite sus peticiones de protección.
Aunque no entrara aún en el fondo del asunto, la mera admisión a trámite ya supuso para los dos abandonar las dependencias policiales donde estaban retenidos, salir del marco jurídico del polizón y pasar a un recurso de la red de acogida humanitaria de Canarias. Lo mismo va a ocurrir este miércoles con el tercero de los solicitantes, el representado por Caminando Fronteras y el Obispado de Canarias. Su reexamen ha tenido lugar esta mañana y con un precedente a su favor: un informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), organismo al que es preceptivo pedir opinión en estos trámites de asilo en frontera. ACNUR había dictaminado que ninguno de los tres cumplía el perfil de un refugiado en sentido estricto, pero en el caso del representado por la ONG y el Obispado de Canarias recomendaba a España que aplicara la excepción humanitaria prevista en su propia ley de asilo, por razones de vulnerabilidad y por el impacto que la arriesgada travesía había tenido en su salud mental y física, según consta en un documento al que ha tenido acceso EFE.
Las fuentes consultadas en las tres organizaciones que se han movilizado para acogerlos consideran que el hecho de que se aplique el procedimiento de urgencia a sus solicitudes puede deberse a este supuesto concreto de la ley: la concurrencia de “necesidades específicas” en las personas que piden la protección de España. Los tres hombres se subieron el 17 de noviembre de manera clandestina en el puerto de Lagos (Nigeria) a la pala del timón del Alithini II, un buque de más de 180 metros de eslora, sin conocerse previamente y sin saber con certeza a dónde se dirigía el buque ni cuántos días estarían en el mar. Aguantaron once días escondidos en un hueco bajo la popa donde el timón se inserta en el casco, casi sin comida y con reservas de agua que perdieron el primer día, hasta que el buque llegó al puerto de Las Palmas de Gran Canaria la madrugada del 28 de noviembre. Fueron los prácticos del puerto los que los descubrieron y avisaron a Salvamento Marítimo, que no solo los puso a salvo, sino que les hizo foto, todavía sentados sobre la pala del timón, bajo el inmenso casco del Alithini que ha dado la vuelta al mundo.
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