El Gobierno responde a la bajada de impuestos del PP con nuevas subidas fiscales a las rentas altas
Feijóo y Moreno esgrimen la mayoría absoluta de los populares en Andalucía para defender la supresión del tributo al Patrimonio mientras Díaz Ayuso reclama al líder de su partido una “reducción drástica del gasto público”
Una semana después, el Gobierno y el PP siguen librando una batalla sin cuartel por su modelo fiscal. Y todo indica que será uno de los combates ideológicos que marcarán la hoja de ruta de los dos grandes partidos hasta las elecciones autonómicas y municipales de mayo, antesala de las elecciones generales de finales de 2023. Los populares han contraatacado este lunes para pelear la guerra del relato y tratar de que no cale el mensaje de que la derecha está con los ricos por perdonarles el Impuesto del Patrimonio. Mientras, la coalición progresista en La Moncloa promueve un tributo a las grandes fortunas y un paquete de medidas fiscales que, según fuentes socialistas, incluirá “subidas selectivas de impuestos” de las que estarían eximidas las clases media y trabajadora. Uno de los gravámenes que pueden ser revisados a alza es el IRPF en las rentas del ahorro, como adelantó EL PAÍS. El Gobierno pretende detallarlas esta semana: algunas de las novedades tributarias se incluirán en los Presupuestos, y el resto, “en una norma específica” que tendrá una “tramitación rápida”, ha explicado María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE. Unidas Podemos pide que la revisión fiscal sea estructural y no temporal, lo mismo que otros socios del Gobierno como ERC. Los socialistas no se mojan y se comprometen a que las rentas ricas serán las únicas a las que se les subirán los tributos.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Junta andaluza, Juan Manuel Moreno Bonilla, han esgrimido juntos en el comité ejecutivo del partido de este lunes la mayoría absoluta del PP en Andalucía para defender la supresión del Impuesto del Patrimonio en esa comunidad siguiendo la estela de Madrid, que ya lo eliminó en 2009. Desde entonces ningún otro territorio se ha animado a hacerlo. “Si la mayoría absoluta de los andaluces han decidido suprimir Patrimonio, dejémosles que lo hagan”, ha expresado retador Feijóo al Gobierno de Pedro Sánchez. “El Estado del bienestar y la garantía de oportunidades son el mejor freno al extremismo”, ha señalado Montero sobre la victoria de la ultraderecha en Italia, al tiempo que ha instado a Feijóo a que explique que sus rebajas de impuestos conllevan “menos médicos, docentes y becas para la clase social”. “Reducir impuestos a las grandes fortunas no aumenta la riqueza, solo la desigualdad”, ha apostillado la número dos del PSOE, que ha acusado al PP de “populismo y demagogia fiscal”. Para reforzar su tesis, Montero ha recordado que el 50% del IRPF va directo a las arcas de las comunidades autónomas, y que lo mismo sucede con un porcentaje similar del IVA. “¿Quiere decir eso que las comunidades del PP se están forrando, como ha llegado a decir Feijóo del Gobierno?”, le ha reprochado la ministra de Hacienda.
Los populares han lanzado su contraofensiva impositiva en este contexto, en un intento de contrarrestar la idea en la que insiste el Gobierno sin darles tregua de que solo defienden los intereses de los más pudientes y poderosos. Feijóo ha anunciado una propuesta pensada para favorecer sobre todo a las clases más bajas, la rebaja del IVA del 10% al 4% para algunos productos básicos de la cesta de la compra ―como la carne, el pescado, la pasta y las conservas―, aunque el impuesto sobre el valor añadido afecta por igual a todos los ciudadanos, y no solo a las clases populares. Fuentes gubernamentales rechazan de forma tajante la reducción del IVA en la cesta de productos básicos, argumentando que ya se ha reducido el de la luz y del gas y que el Estado no puede perder más músculo en la recaudación para mantener el escudo social. El Gobierno no descarta una bajada del IVA para los productos de higiene femenina.
Moreno Bonilla también ha enarbolado la bandera del andalucismo para presentar como un “ataque a Andalucía” que el Gobierno planee un nuevo impuesto a las grandes fortunas que será deducible con el del Patrimonio, como ya avanzó EL PAÍS, y por tanto, neutralizaría de alguna manera su rebaja fiscal a las rentas altas. Enfrente ha encontrado la respuesta del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara: “La receta [de Andalucía] me parece un error. El mensaje de que la solución a la crisis sea que quienes más tienen menos tienen que pagar es muy duro para quienes tienen menos recursos, colchón y capacidad de aguante”, ha afirmado el barón del PSOE en un desayuno informativo en la capital.
Feijóo ha presentado como un asunto de democracia que las comunidades gobernadas por el PP hayan iniciado una competición a la baja por los impuestos a menos de un año de las elecciones autonómicas. En lo que no han entrado es en la “incoherencia”, según el PSOE, que conlleva reclamar más recursos al Gobierno y luego bajar impuestos dentro de sus competencias. “Dejemos actuar a la democracia en Andalucía y en el conjunto de las comunidades”, ha defendido el líder del PP, que también ha sacado a relucir el caso de los ERE para defender el movimiento fiscal de su barón andaluz. “Si al PSOE le preocupa la recaudación de Andalucía, Juanma, sugiéreles que recuperen los 680 millones de los ERE”, le ha dicho en el comité al presidente de Andalucía, que además es su principal aliado interno.
Sin embargo, el PP se ha encontrado con un PSOE dispuesto a librar la batalla del debate fiscal que antaño rehuía. La reacción de los socialistas sorprende incluso entre varios ministros consultados, que reconocen que era un ámbito en el que por lo habitual su partido no se sentía cómodo. Pedro Sánchez lleva tiempo convenciéndolos de que el PSOE debía dar esta pelea. La decisión de Andalucía de suprimir Patrimonio ha terminado animando a todo el partido, y más en un asunto tan ideológico. El motivo es que se trata de un tributo muy selecto —lo pagan menos de 200.000 españoles de una población de 47,4 millones— y por tanto, que su eliminación solo favorece a una minoría. Además, el anuncio de eliminarlo se produce unos días después del rechazo del PP a votar a favor del impuesto temporal a las grandes energéticas y bancos por sus beneficios extraordinarios a consecuencia de la guerra de Ucrania.
El trasfondo de la pelea retórica tiene que ver con qué partido aparece como el defensor de las clases medias y bajas, donde se concentra el grueso del electorado: la ganancia media anual en España fue de 25.165,51 euros en 2020, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Algunas voces del PP consideran que la supresión del Impuesto del Patrimonio no era la mejor idea porque lanza el mensaje de que el partido está más preocupado por las clases altas (este tributo grava a los patrimonios de más de 700.000 euros sin contar con la vivienda habitual), y Feijóo, cuya estrategia es presentarse como un líder moderado y centrista, ha tratado este lunes de desmontar esa tesis atacando al PSOE.
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