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Subasta en Gibraltar: ¿quién da más por el megayate de un oligarca ruso?

El Peñón abre el proceso para saldar con la lujosa embarcación ‘Axioma’ la deuda que Dmitry Pumpyansky, un magnate del acero sancionado por la UE, tiene con un banco estadounidense

Jesús A. Cañas
El yate 'Axioma', amarrado en el puerto de Gibraltar el 21 de marzo después de que fuese inmovilizado.
El yate 'Axioma', amarrado en el puerto de Gibraltar el 21 de marzo después de que fuese inmovilizado.David M Parody / SWNS / SWNS / ContactoPhoto

El lujoso yate Axioma llamó a las puertas de Gibraltar en plena oleada de sanciones contra oligarcas rusos por la invasión de Ucrania. Fue el 21 de marzo, apenas 12 días después que su dueño, el magnate del acero Dmitry A. Pumpyansky, pasara a ser considerado por la Unión Europea como sospechoso de ser “del círculo más cercano de [Vladímir] Putin”. “Que decidiesen venir sabiendo eso es misterioso”, reconoce una fuente anónima del Peñón. Pero lo hicieron y lo que ocurrió, seguramente, no debió sorprender a su tripulación: el Tribunal Supremo de la Roca detuvo el barco y este martes, cinco meses después, va a acabar subastado para saldar la deuda que su propietario tenía con el banco estadounidense JP Morgan.

No es la única duda que envuelve a la embarcación de 72 metros de eslora, seis cubiertas y otros seis camarotes. Cuando la puja acabe el mediodía de este martes, es muy probable que no se sepa quién se lo ha agenciado o por cuánto dinero, salvo que al interesado le apetezca compartirlo. La subasta es a sobre cerrado y “los nombres de los compradores, las ofertas presentadas y el nombre del comprador final nunca se revelan a terceros”, como recuerda Nigel Hollyer, el corredor seleccionado por el alguacil del Almirantazgo de la Corte Suprema de Gibraltar para organizar la venta. Lo que sí parece seguro es que el importe de la transacción será superior a los más de 20 millones de dólares (unos 20 millones de euros) que el magnate ruso le debe al banco de inversión JP Morgan, según adelantó hace unos días el periódico británico The Guardian. Otra pista de hasta dónde podrían subir las pujas está en los 65 millones de libras esterlinas (casi 77 millones de euros) en los que llegó a estar valorado el lujoso yate.

Con todo, no existe una cantidad mínima de reserva, aunque sí un informe que elaboró el Tribunal Supremo gibraltareño y que marca un importe “por debajo del cual el buque no debería venderse”, como añade Hollyer por escrito a preguntas de EL PAÍS. Los interesados en adquirir el yate están enviando sus ofertas por web, correo y fax, hasta que al mediodía de este martes el corredor compile la lista de ofertas para revisarlas con el alguacil del Almirantazgo, Karl Tonna. “Hay un valor de tasación que solo yo conozco. Si todas las ofertas están por debajo de este, entonces tengo que volver ante un juez”, aclara Tonna. Con la confianza de que eso no ocurra, el proceso legal marca que cuando el ganador de la puja presente la documentación que se le pide, tendrá que “depositar el 10% de la fianza en un plazo de tres días bancarios en Gibraltar y, a continuación, remitir el 90% restante, más el pago extra por el combustible”, según añade Hollyer, en un trámite tan tasado y engranado que el Peñón se ha hecho conocido internacionalmente por su capacidad para resolver con agilidad trámites legales marítimos similares.

El buque llevaba retenido en el puerto de Gibraltar desde el 21 de marzo, cuando el Gobierno del Peñón decidió hacer una excepción para dejarle pasar, pese a “la propiedad beneficiaria final del buque”. En plena oleada de sanciones y vetos a Rusia y sus jerarcas más cercanos, el ministro principal gibraltareño, Fabian Picardo, permitió el acceso debido al “interés de los acreedores con reclamaciones legítimas” contra el yate, según informó oficialmente la Administración del territorio en un comunicado. Nada más amarrar, el Axioma quedó detenido “hasta nueva orden” del alguacil del Almirantazgo. “No sabríamos las razones completas por las que entró, pero está claro que lo hizo voluntariamente”, según reconoce Tonna. Meses después y una vez que se descuenten los gastos originados al puerto por estos meses de amarre, la subasta pondrá fin a la inmovilización de un barco que, a día de hoy, sigue con tripulación a bordo “adecuada para hacer frente a todas las necesidades actuales”, apunta el alguacil, que desconoce cuántos trabajadores son.

Aunque la ministra de Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, llegó incluso a felicitarse por la incautación en una reunión con Picardo un día después, el dinero recaudado no tendrá como fin la reparación del daño a los ucranios. El destino será pagar los más de 20 millones que JP Morgan había prestado a una empresa que, a su vez, tenía como accionista principal a una sociedad propiedad de Pumpyansky. El buque estaba incluido en el préstamo como garantía y el plan es que, una vez que la Corte Suprema de Gibraltar reciba el importe de la subasta, determine las prioridades de cobro de los acreedores, según explican las mismas fuentes gibraltareñas.

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Uno de los camarotes del yate 'Axioma', en una imagen de la empresa que lo ofrecía en alquiler en Ibiza, antes de acabar subastado en Gibraltar.
Uno de los camarotes del yate 'Axioma', en una imagen de la empresa que lo ofrecía en alquiler en Ibiza, antes de acabar subastado en Gibraltar.EL PAÍS

El Axioma, con bandera de Malta y puerto base en La Valeta, fue construido en 2013 por el astillero turco Dunya Yachts. El conocido diseñador de interiores Alberto Pinto concibió sus seis camarotes con capacidad para 12 personas y 20 miembros de tripulación para que fuese “uno de los yates más modernos y elegantes del mundo”. O, al menos, así lo promociona aún la web alquilerdeyatesenibiza.com, una empresa especializada en arrendar embarcaciones para disfrutar de la isla y en cuyo listado de más de mil barcos aparecía la posibilidad de navegar en este yate por 249.000 euros la semana. He aquí otro de los misterios que enredan al buque. “Es poco habitual que un millonario ruso lo alquile. Los motivos solo los sabe él”, explica Marcos Tusell, propietario de la firma que lo anunciaba en su catálogo de barcos.

Procedente de Antigua y Barbuda

Aunque el Axioma no es el más lujoso y caro de los yates que ofertaba —hay otro que se arrienda por cuatro millones de euros a la semana—, este era tan pretencioso que “nunca se llegó a alquilar”, afirma Tusell, que en los próximos días retirará el anuncio de su web. No será la primera vez que lo haga: “Desde que la UE comenzó con las sanciones, llevamos ya seis o siete que han sido embargados a propietarios rusos”. Tusell dice no recordar cuánto tiempo llevaba ofertando el Axioma, pero está seguro que desde hacía “años”. Que esté ofertado en su web no implica siquiera la obligación de que el buque tenga que estar en las inmediaciones de Ibiza. De hecho, según el buscador de barcos online MarineTraffic, la embarcación llegó a Gibraltar procedente de Antigua y Barbuda, un país en las islas del mar Caribe señalado hace años por un informe de la ONG Oxfam Intermón como supuesto paraíso fiscal.

El propietario del ostentoso yate, Dmitry Alexandrovich Pumpyansky, tiene una fortuna de 2.400 millones de dólares, según estimaciones de la revista Forbes. El empresario de 58 años forjó su fortuna en el sector del acero y es presidente del consejo de administración la PJSC Pipe Metallurgic Company y presidente del consejo de administración del Grupo Sinara, ambas vinculadas a su vez a empresas públicas como Ferrocarriles Rusos y Gazprom, según aseguró la Unión Europea en su lista de sancionados publicada el 9 de marzo. La UE incluso señala su participación el 24 de febrero —ya tras las fases iniciales de la agresión rusa contra Ucrania— en una reunión con Putin junto a otros 36 empresarios “para debatir las repercusiones de la línea de actuación a raíz de las sanciones occidentales”. Por ello, el Consejo de la UE lo llega a calificar “del círculo más cercano” del mandatario. Desde este martes, Pumpyansky tendrá un juguete menos con el que disfrutar en el mar de las comodidades que le proporciona estar en esa élite, ahora señalada por la comunidad internacional.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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