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Muere el teniente coronel de la Guardia Civil al que disparó el hombre que se atrincheró con un rehén en un pueblo de Valladolid

El agente, de 50 años, llevaba más de dos décadas siendo el primero en las misiones más arriesgadas

Agentes y sanitarios en las inmediaciones de la vivienda en Santovenia, Valladolid, donde resultó herido el teniente coronel Pedro Alfonso Casado.
Agentes y sanitarios en las inmediaciones de la vivienda en Santovenia, Valladolid, donde resultó herido el teniente coronel Pedro Alfonso Casado.Photogenic/Claudia Alba (Europa Press)
Patricia Ortega Dolz

La fama de Perico, como todo el mundo conocía al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, trasciende a la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, en la que ha mandado desde 2016. Entró en el máximo grupo de élite del Instituto Armado (homólogo de los GEO de la Policía Nacional) como capitán hace 22 años, en los que participó y lideró decenas de arriesgadas misiones. La última, el pasado viernes en Santovenia de Pisuerga (Valladolid), donde un hombre mató de un tiro a un vecino de su bloque y después se atrincheró en la vivienda con su yerno como rehén. Durante la operación, el atacante hirió de gravedad al destacado mando, que ha fallecido este martes, según confirman fuentes de la Guardia Civil.

Hasta la localidad vallisoletana se había desplazado a primera hora de la mañana el teniente coronel que, una vez más, se puso al frente del operativo. Con una dilatada experiencia en este tipo de actuaciones y negociaciones, forjada en los años de plomo del País Vasco y tras múltiples intervenciones como miembro y líder de la misma unidad que en 1997 había liberado al funcionario de prisiones secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara, Casado volvió a colocarse el primero para ser seguido por los suyos. “No se miraba los galones en cuestiones de intervención”, dicen sus compañeros.

Así, el pasado viernes subió liderando a su equipo hasta el piso donde se encontraba el presunto asesino, armado con un rifle. Llamó a la puerta. Y al abrirse, y sin mediar palabra, recibió un tiro en la cabeza con una bala —de la que aún se desconoce el calibre— que lo había mantenido en “estado crítico” desde ese día en el Hospital Cínico de Valladolid. El presunto autor del disparo, con antecedentes penales, se entregó horas más tarde y fue detenido por los compañeros de Perico, que ya se debatía entre la vida y la muerte en un quirófano del centro médico pucelano.

Nacido hace 50 años en Vitoria, aunque parte de su familia reside en Sahagún (León), Perico era un auténtico líder, cuentan sus compañeros. “Su gente tenía confianza ciega en él porque, además de ser siempre el primero, estaba sobradamente cualificado dentro de la unidad más exigente del Cuerpo”, aseguran en el cuerpo. Es hijo y huérfano de guardia civil, lo que probablemente forjó su carácter y su fuerte compromiso con sus servicios a la institución, que representaba con “tanta dignidad como campechanería”, según quienes le han conocido.

Se preparó en la Academia de Zaragoza, de donde salió en 1998. Desde el principio hizo ver su gusto por la acción, ya que uno de sus primeros destinos fueron los GAR (Grupos de Acción Rápida) y, enseguida, alcanzó su actual destino, donde se ha mantenido (por “pasión, voluntad, profesionalidad y compromiso”) durante más de dos décadas, algo completamente inusual, ya que los ascensos suelen conllevar cambios.

La Unidad Especial de Intervención (UEI) recibió ese nombre en 1982, pero su origen es el Grupo de Intervención Inmediata creado en 1978, y actualmente tiene su base en Valdemoro (Madrid). Desde entonces ha efectuado más de 375 operaciones que han permitido la liberación de 563 rehenes y la detención de 640 personas, de las cuales 141 pertenecían a comandos terroristas. La UEI tiene como misiones la intervención en casos de secuestro, toma de rehenes, contraterrorismo, la detención de criminales especialmente violentos o peligrosos, motines y la protección de personalidades.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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