Detenido un joven de 20 años por matar a otro de 28 tras una discusión en un bar de Burgos

Un hombre de 28 años ha muerto a primera hora de este sábado en Burgos tras ser apuñalado por otro de 20, a quien no conocía y con quien había discutido de madrugada en un bar. El presunto asesino asestó varias puñaladas a la víctima y se dio a la fuga. La Policía acabó deteniéndolo en la casa de una persona de su entorno, donde se había escondido. Según fuentes de la investigación, el agresor no conocía a la víctima, que fue trasladada al hospital nada más recibir las cuchilladas. Los sanitarios no pudieron salvar su vida.

El suceso ocurrió en el barrio de Gamonal de la capital burgalesa, minutos antes de las ocho de la mañana, en la calle de Vitoria, según ha informado la Policía Nacional. El atacante se refugió en un domicilio particular, en la calle de Francisco Grandmontagne, cerca del lugar de los hechos, y allí se desplazaron varias dotaciones de agentes para conseguir arrestarlo junto a otro amigo presente en la vivienda. Los uniformados dieron con un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja, considerado como el arma homicida. Según el relato de un testigo, ambos habían coincidido horas antes en un bar cercano, donde iniciaron una discusión. No se conocían de nada. Al cabo de un rato, volvieron a encontrarse en plena vía pública y allí, sin mediar palabra, el supuesto asesino atacó al hombre de 28 años y lo mató.

El considerado como autor del crimen se refugió en la casa de “una persona de su entorno”, según recoge el comunicado policial, hasta que los agentes llegaron a él y lo trasladaron, algo antes de las dos de la tarde, a comisaría para proseguir con la investigación que aclare lo ocurrido. Las pesquisas siguen abiertas “y no se descartan nuevas detenciones”, según la Policía. El apuñalamiento, que se produjo en plena calle y a una hora en la que ya había gente en bares o negocios cercanos, ha sobrecogido a los vecinos de la zona, que a primera hora de la mañana vieron un importante despliegue policial. Una persona que regenta un negocio de las proximidades, que pide conservar el anonimato, asegura que se sorprendió cuando “temprano, yendo a trabajar”, vio los coches oficiales y a mucha gente reunida en esa calle habitualmente apacible de Burgos.