Escrivá cambia por quinta vez en solo dos años al responsable de la acogida de los inmigrantes
La última directora general de Atención Humanitaria se marcha tras poco más de dos meses en el cargo. Desde 2020 seis personas han ocupado ese puesto clave de Migraciones
La Secretaria de Estado de Migraciones ha registrado un nuevo cambio en uno de los puestos más estratégicos del departamento. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha llevado este martes al Consejo de Ministros el cese de Elena Biurrun como directora general de Programas de Protección Internacional y Atención Humanitaria. Biurrun, que entró al ministerio como jefa de gabinete de Escrivá, no ha cumplido ni tres meses en el cargo. Desde febrero de 2020, cuando Escrivá asumió el ministerio, son ya seis personas las que han pasado por ese puesto, responsable de la acogida de miles de inmigrantes y solicitantes de asilo. El departamento es un área clave para la política migratoria del Estado.
Biurrun se marcha a la iniciativa privada “por un nuevo e irrechazable proyecto”, según fuentes de la secretaría. Su sucesora, Miriam Benterrak, viene de la AECID adonde se marchó marzo tras salir, precisamente, de la misma dirección general que ahora comandará. La recién nombrada sexta directora general de Atención Humanitaria en solo dos años cuenta, según Migraciones, “con una dilatada experiencia” en ese ámbito, y en la “gestión de centros de migraciones y otros programas de fomento de la inclusión de la población inmigrante”. Su incorporación “da continuidad al proyecto”, señala la misma fuente.
Cada cambio de responsable ha sido presentado como una oportunidad para afrontar los desafíos de un departamento que se encarga desde la recepción de los afganos a la crisis migratoria de Canarias, pero la realidad es que ninguno de los directores ha pasado suficiente tiempo en el cargo como para concluir ningún plan ni proyecto.
La última directora general de Asistencia Humanitaria fue Maite Pacheco, que dejó su acta de concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid para sumarse al ministerio en diciembre de 2020. Pacheco cubrió el hueco de su antecesor, Francisco Dorado, cesado repentinamente en plena crisis de acogida por la llegada de pateras a Canarias. Dorado solo llevaba ocho meses en el cargo.
El cese de Dorado y la elección de Pacheco se justificó entonces por la inminente reforma del sistema de acogida para refugiados. Desde su llegada al ministerio, Escrivá apuesta por la transformación de la red actual que depende de ONG subvencionadas en un modelo en el que el Estado, los municipios y la iniciativa privada tengan más protagonismo. El objetivo de traer a Pacheco en 2020 era, según dijo entonces la Secretaría de Estado a Eldiario.es, ”abordar este cambio de modelo con un equipo lo más enfocado posible y con una avalada experiencia en transiciones hacia nuevos modelos de gestión”. Pacheco no completó su misión. Tampoco se conoce públicamente en qué punto está actualmente el plan de transformación de Escrivá.
El pasado noviembre, el ministro cesó a Pacheco. Habían pasado apenas tres meses después de que la responsable liderara la recepción y acogida de urgencia de casi 2.000 afganos en agosto. Su trabajo de aquellos días en el aeropuerto de Torrejón (Madrid) fue elogiado en redes por el ministro, pero fuentes del departamento apuntan que las desavenencias venían de antes.
Desde que Escrivá fue nombrado ministro, en febrero de 2020, se cuentan dos secretarios de estado (Hanna Jalloul y el actual Jesús Perea), pero sobre todo un intenso juego de sillas que afecta tanto a los escalones más altos como a los equipos técnicos. La dirección general de Atención Humanitaria es la que más vaivenes ha sufrido, pero el baile ha afectado a otros puestos clave de diferentes departamentos (jefes de gabinete, directores generales y subdirectores), sin que hayan trascendido los motivos.
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