Los tres marineros birmanos abandonados en Cádiz vuelven a su país

Los tres marineros birmanos del buque Sea Condor, el buque abandonado por su armador el pasado abril en El Puerto de Santa María (Cádiz) volverán a su país este miércoles 29 tras la intermediación del sindicato Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) y de las autoridades marítimas españolas. Los marinos, que embarcaron en noviembre de 2020 en el buque de suministro en alta mar abanderado en Mongolia, no han cobrado sus sueldos desde el inicio de la travesía.

El sindicato ITF ha coordinado durante estos nueve meses el envío de ayuda a la embarcación, de 54 metros de eslora, que ha realizado la empresa gaditana BayPort, que colaboró de manera desinteresada enviando provisiones a bordo. El apoyo, ayuda y gestiones de McPherson y la Fundación CádizPort han sido decisivas durante todos estos meses hasta conseguir vacunar de coronavirus a los trabajadores y coordinar sus permisos para que puedan volver en avión a Myanmar.

El capitán y armador del barco, que adeuda 89.000 euros en salarios a los marineros, abandonó el buque en la Bahía de Cádiz en una lancha el pasado 9 de abril. El oficial se marchó junto al ingeniero jefe y ambos se dirigieron a la República Checa, según confirmó el mes pasado a este periódico Kyaw Aye, el primer oficial de 45 año, uno de los tres marinos abandonados.

“Siguiendo los protocolos habituales en casos de marinos y buques abandonados, la ITF presentó una demanda de embargo preventivo del buque y adelantará el dinero de los billetes de repatriación para que los tripulantes puedan regresar a su casa con alguna esperanza de recuperar los salarios de más de un año de penurias y trabajo a bordo”, ha confirmado este lunes el sindicato en un comunicado.

Tras todos estos meses, en los cuales el sindicato ha intentado contactar con el armador y con el Estado del pabellón (Mongolia) sin éxito, el buque ha sido incluido en la lista de abandonos de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas (OMI-OIT).

“Este recuerda a los peores casos de buques abandonados que hemos tenido en puertos de nuestra geografía en muchas ocasiones. Sumado al daño atroz que estas situaciones suponen para los marinos embarcados, vulnerando sus derechos fundamentales, el fenómeno del abandono de buques perjudica los intereses de las Autoridades Portuarias y supone un riesgo en sus instalaciones. La crisis del coronavirus, la falta de inspecciones y controles rigurosos a causa de ella, la impunidad que disfrutan algunos armadores y la proliferación de algunas banderas de conveniencia, ha incrementado todavía más el riesgo de los marinos de ser abandonados en nuestros puertos”, afirman desde la ITF.