Los viajeros del norte, ante el temporal: “Sabíamos la advertencia de tráfico. Pero no esperábamos que fuera para tanto”

Conchi Ruiz festeja este miércoles por partida doble. A la celebración de su 67 cumpleaños se suma el del día de su santo. Un santo, el de las Inmaculadas, que tiene a toda España de festivo y que coincide con la operación de retorno de puente. Ella y su marido llevan desde el sábado en un hotel del minúsculo pueblo de Caldas de Luna (57 habitantes, León), próximo al límite con Asturias, y han apurado hasta la última jornada para regresar a Santander, pese a que la DGT había pedido a los viajeros del norte adelantar al martes la vuelta por la intensa nevada prevista.

“Hemos decidido quedarnos hasta hoy [este miércoles] por el cumpleaños de Conchi y porque llevamos un todoterreno. Eso sí, no se me ocurre meterme por una nacional o una comarcal”, asegura el marido de Ruiz, Vidal Pérez, de 70 años. “Sabíamos la advertencia de tráfico. Pero no esperábamos que fuera para tanto”, añade desde una mesa contigua otro de los huéspedes del hotel Balneario Caldas de Luna, mientras el resto de clientes desayuna. Desde los ventanales del comedor se advierte lo que les espera fuera: los coches cubiertos de blanco y 10 centímetros de nieve sobre el asfalto, caída durante la noche.

Al salir, la ventista impide ver bien y el frío cala los huesos. Por la carretera de acceso aparece un coche de la Guardia Civil. Como esta vía, hay unas 68 carreteras y puertos de Castilla y León, Aragón, Navarra y La Rioja afectados por el temporal desde primera hora. “Me han llamado varias personas que entraban al hotel hoy para decirme que están parados y que cancelan. Mira, me mandan las fotos de la carretera al WhatsApp”, explica la directora del hotel, Judith Galindo, de 49 años. “También hay seis personas que se fueron ayer [este martes] por el aviso de tráfico”, añade. El negocio tiene capacidad para unos 40 viajeros. Fuera, los guardias civiles ayudan a los huéspedes que se marchan a poner las cadenas y a llegar hasta la AP-7, a unos cinco kilómetros del alojamiento.

Tras auxiliar a los vehículos, el capitán Roberto Fernández y otros dos agentes se dirigen hasta el puesto de mando de Ablaneda, ya en Asturias. Un centro de operaciones en el que se monitorizan, a través de 140 cámaras, las carreteras de Oviedo y de León. El cóctel explosivo que supone una operación de retorno de puente más la borrasca Barra hizo que Tráfico pidiera a los conductores que volvieran un día antes. “Si en una operación de retorno normal aumentamos el personal en un 10%, en esta tenemos que estar todos los máximos efectivos posibles. Se pide a la gente no librar. Yo tenía previstas vacaciones y he tenido que posponerlas”, cuenta Fernández, máximo responsable del operativo en la provincia leonesa, mientras mira el móvil. A través de una aplicación similar al WhatsApp, pero para guardias civiles, se comunica con su equipo. Hasta el mediodía de este miércoles, sus agentes han socorrido a una veintena de vehículos en carreteras comarcales o nacionales afectadas por la nieve en la provincia.

Junto a Fernández, el jefe de vialidad de invernalidad de la AP-66, Ángel Espina, mira una pantalla parecida a la de un programa del tiempo. Desde ahí controla el avance de la borrasca, que llega desde el oeste. “[Eso] es inusual, normalmente viene del norte. Esto provoca que las nevadas sean intermitentes y nos permite acceder con los quitanieves en los parones para limpiar la carretera”, explica Espina. La nieve irá en aumento y desplazándose desde Asturias, a León, Burgos, Soria y Guadalajara a lo largo del día. Lo peor se espera sobre las ocho de la tarde. “Ayer [este martes] hubo más coches de lo normal y esta mañana había mucho más tránsito de lo habitual. Normalmente, la vuelta de puente empieza ya por la tarde. Parece que han hecho caso. Temporal más operación retorno, igual a tormenta perfecta”, señala Espina.

Según el balance del estado de las carreteras de Tráfico, a las cinco de la tarde se encontraban en nivel rojo 526,7 kilómetros (se prohíbe la circulación a autobuses y camiones y obliga a los conductores a llevar cadenas), y otros 80,3 kilómetros en nivel negro, que suponen el cierre del tráfico. Varias áreas de Castilla y León y Cantabria permanecen en aviso naranja por nevadas, mientras que el resto de estas comunidades y País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón, La Rioja, Asturias, Galicia y Madrid están en riesgo amarillo.

En el puesto leonés de La Magdalena, una pareja de jóvenes paga el peaje. “Hemos adelantado el viaje a la mañana porque mi madre me llamó ayer [este martes] con miedo por lo que decía la DGT. Pero no quisimos perder la última noche que habíamos pagado”, cuenta Cristina Castañón, de 25 años, que va desde Gijón a León. “Bastante poco viajamos como para perder un día”, añade Alejandro Anta, de 24, desde el asiento del copiloto. Detrás, una familia que se dirige desde Avilés a Madrid. “Antes de salir, miramos el tiempo en internet y vemos cómo está la cosa. Hasta ahora hemos venido bien, nevando, pero con precaución”, subraya Celestino Suárez, de 55 años. El coche en el que viaja con su esposa y su hijo se pierde entre una nevada copiosa, montañas cubiertas hasta los topes y el amarillo reflectante de los chalecos de los agentes de tráfico.