Casado cena con todos los diputados del PP en plena guerra con Ayuso

En plena batalla abierta entre Génova e Isabel Díaz Ayuso por el control del PP de Madrid, Pablo Casado cenó ayer con la mayoría de los 88 diputados del grupo parlamentario popular. Fue a la salida del Pleno de Presupuestos, pasadas las diez de la noche, en un restaurante cercano al Congreso, El Rincón de Esteban, de donde salieron también pasada la medianoche. La cita, adelantada por la Cadena SER, no había sido convocada por la dirección del PP, sino que la iniciativa partió de la diputada gallega Ana Belén Vázquez y era parte de una tradición antigua en el PP, las llamadas “cenas de los diputados de provincias” que organizan los parlamentarios que no son de Madrid para confraternizar con el resto. El presidente del PP se incorporó algo más tarde a la cena y dedicó un breve discurso a sus diputados, en el que no habló del conflicto orgánico con Ayuso, según han relatado fuentes presentes en la cita a EL PAÍS.

La cena no se organizó ex profeso por la guerra interna, pero en este contexto todos los movimientos se miran con lupa y el asunto estaba en las conversaciones entre los diputados, según explican varios de ellos. “La sensación generalizada es de estupor y de absurdo por lo que está pasando”, relata uno. Sin embargo, el líder no aprovechó para lanzar ningún mensaje a sus cuadros sobre la pugna que mantiene con la presidenta de la Comunidad de Madrid, y se limitó en unas breves palabras a agradecer que por fin pudieran volver a estar todos juntos en este tipo de iniciativas, que habían dejado de celebrarse por la pandemia.

La portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, también habló brevemente, en el mismo sentido que el líder. El mensaje era de autoestima colectiva. Según fuentes presentes en la cena, Casado fue muy felicitado por los diputados por el discurso que había hecho esa misma tarde en el Congreso durante el debate de Presupuestos, en el que se enfrentó a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Algunos presentes destacan que el ambiente fue “muy bueno”, “de relax”, y que en realidad todos estaban “agotados” por todas las horas que se había extendido el debate presupuestario. Lo inusual de la cita es que terminó siendo masiva, como de unas 80 personas, y que la comidilla era Ayuso, aunque solo en las charlas discretas.

Más allá de los mensajes de autoestima de la dirección y del ambiente de fraternidad en plena batalla, la preocupación estaba más que presente, según cuentan varios diputados, por el conflicto interno que atraviesa el partido y que enfrenta a la dirección nacional y a la Puerta del Sol por la presidencia del PP de Madrid. “Hay sensación de miedo al coste electoral brutal que puede suponer algo así”, relata otro presente en la cena. Predomina el miedo y la incredulidad entre los diputados. “Esto que está pasando con Ayuso es igual de incomprensible, o más, hacia dentro que hacia fuera”, explica uno. Con todo, nadie se atrevió a deslizar en la cena al presidente que en el PP cunde el temor porque en la batalla contra Ayuso no pierda solo ella ―si es que pierde―, sino que pierda todo el partido.