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La izquierda independentista abre una nueva etapa

El proceso será lento y su primer compromiso es evitar los ‘ongi etorri’

Arnaldo Otegi
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi (derecha), y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, el 18 de octubre en San Sebastián.Javier Etxezarreta (EFE)
Luis R. Aizpeolea

La izquierda abertzale impulsó el lunes, con la declaración de Arnaldo Otegi en Aiete (San Sebastián), un proceso hacia la “convivencia normalizada” y la “reconciliación”. Será un proceso sin plazos previos, cuyo primer compromiso es tratar de evitar que se repitan los recibimientos públicos a los presos de ETA excarcelados —ongi etorri— para no dañar a las víctimas del terrorismo. Lo afirman los diputados de Bildu Jon Iñarritu y Oskar Matute y lo confirman fuentes de Sortu, el partido matriz de la coalición. Partidos democráticos, asociaciones de víctimas y exreclusos etarras de la vía Nanclares le marcan un objetivo a este nuevo proceso: su reconocimiento de que ETA no debió tratar de imponer por las armas su ideología. “Se van a seguir dando pasos, pero serán lentos”, responde Matute.

La clave de la declaración de Otegi, además del contenido —”el sufrimiento de las víctimas de ETA no debería haberse producido”— radica en su solemnidad, en su oficialidad, en su puesta en escena en Aiete, donde hace 10 años varias personalidades extranjeras dieron la señal de que ETA anunciaría tres días después el final de la violencia, señala Iñarritu.

El acto de Aiete del lunes fue preparado con antelación por la cúpula de la izquierda independentista. “No queríamos que el décimo aniversario del final de la violencia de ETA pasara desapercibido. La declaración de 2011 marcó una nueva etapa y queríamos ahora marcar otra. Sabíamos que con motivo del aniversario iba a haber debate y pensamos en salir con una propuesta positiva, que recogiera nuestras últimas reflexiones”, señala Matute.

“En la declaración de Otegi hay un componente de autocrítica, de empatía hacia las víctimas y un compromiso de mitigar en lo posible el daño que se les ha causado”, precisa Iñarritu. Hay un consenso mayoritario en la izquierda independentista, admiten Iñarritu y Matute, en hacer lo posible para que no se repitan los ongi etorri públicos y no añadir más daño a las víctimas. Matute precisa que solo dos de los 25 presos excarcelados en 2021 han tenido recibimiento público. En el caso de Santutxu (Bizkaia), el pasado verano, el recibimiento se realizó al margen de la izquierda independentista. “La izquierda abertzale no organiza ongi etorri”, señala Iñarritu.

La izquierda independentista admite que para abrir esta nueva etapa han sido sensibles a las presiones, especialmente de las víctimas del terrorismo. Otegi, horas después de su intervención en Aiete, reconoció la receptividad de su discurso a “los mensajes enviados con honestidad”. Citó expresamente las peticiones de autocrítica a la izquierda independentista realizadas por María Jáuregui, hija de Juan Mari Jáuregui, socialista y exgobernador civil de Gipuzkoa asesinado por ETA en 2000, y de Rosa María Lluch, hija de Ernest Lluch, exministro socialista también asesinado el mismo año. Asimismo, Otegi anunció recientemente, tras calificar a Maixabel Lasa de “constructiva y respetuosa”, que acudiría a ver la película Maixabel, que relata el encuentro restaurativo entre la viuda de Juan Mari Jáuregui y del preso etarra arrepentido Ibon Etxezarreta, miembro del comando que le asesinó.

La izquierda independentista no admite públicamente su receptividad a la presión de otros partidos, como el PNV y el PSOE, que le exigen autocrítica por su pasada complicidad con el terrorismo para una posible futura participación en el gobierno autonómico. Pero es otro motor que impulsa su evolución porque también desea gobernar, precisan fuentes socialistas y peneuvistas.

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Pero Otegi y la cúpula de la izquierda independentista también tienen presiones del flanco opuesto, el de los oponentes a su evolución hacia la normalidad democrática. El lunes por la tarde, tras su intervención de Aiete, Otegi acudió por la tarde a Eibar (Gipuzkoa) a un encuentro al que acudieron militantes reticentes a su declaración matinal. Fue en ese marco en el que dijo que estaba dispuesto a apoyar los Presupuestos del Gobierno de Sánchez para excarcelar a los 200 presos de ETA que siguen en prisión.

Tras el ataque emprendido por el PP y Vox al Gobierno de intercambiar Presupuestos por presos, Otegi aclaró que era falso que pretendiera condicionar el apoyo a lo uno para la consecución de lo otro. “Las declaraciones de Otegi estaban dirigidas a militantes reticentes a los pasos que anunciamos. Hay pequeños grupos críticos, la mayoría jóvenes, que consideran que Otegi está traicionando los principios. Para convencerles quiso decir que, pese a negociar con el Gobierno los Presupuestos, no olvidaba a los presos. Pero no dijo que condicionara una cosa a la otra. Dijo también que prefería que gobernara Sánchez porque la alternativa del PP y Vox sería un retroceso. Estas declaraciones se han sacado de contexto y las ha manipulado el PP para erosionar al Gobierno de Sánchez ante nuestro posible apoyo a los Presupuestos”, señalan fuentes de la izquierda independentista.

Las presiones en un sentido evolutivo, frenadas por las del inmovilismo, explican la lentitud de los procesos emprendidos por la izquierda abertzale. Matute admite que en esta ocasión, también, será “lento”. Una lentitud que en la izquierda independentista explican por la decisión de sus líderes de evitar tirones que produzcan rupturas. En octubre de 2011, ETA declaró el cese definitivo del terrorismo y no llegó su disolución hasta mayo de 2018, casi ocho años después. También pasaron cinco años entre la decisión de Otegi y la cúpula de la izquierda independentista de cesar el terrorismo de ETA, en 2006, y lograr su materialización, en 2011.

Otra vertiente del pronunciamiento de Otegi por las víctimas de ETA es su efecto entre los presos de la organización terrorista en un momento crucial. Actualmente, hay 200 presos de ETA en las cárceles españolas y otros 20 en las francesas. Las Juntas de Tratamiento, de acuerdo con la legalidad penitenciaria, conceden permisos y terceros grados que frecuentemente son recurridos por la Fiscalía y corroborados por los jueces de la Audiencia Nacional que tienen la última palabra. “Numerosos presos de ETA están redactando cartas de rechazo a la violencia y de reconocimiento del daño causado a las víctimas. El pronunciamiento de Otegi puede estimularles a mostrar mayor empatía, un compromiso de mitigar el daño que se les causó y facilitar su situación”, señalan fuentes de la izquierda independentista.

Las mismas fuentes señalan que hay contacto entre Instituciones Penitenciarias, el Gobierno vasco y las asociaciones de víctimas como las hay con las de apoyo a los presos de ETA. “Las buenas relaciones entre el Gobierno y Bildu las facilitan a otros niveles. Se puede decir que hay vasos comunicantes. Pero no pueden mezclarse los Presupuestos y la situación de los presos, que tiene su propia dinámica”, señalan esas fuentes.

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