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El Defensor del Pueblo urge por tercera vez a que se deje de atar a los internos conflictivos en los centros de menores

La institución recuerda que en los últimos 10 años se han registrado la muerte de tres jóvenes inmovilizados con correas en estos recintos

Centros de internamientos de menores
Entrada al Centro de Internamiento de Menores Infractores de Tierras de Oria (Almería).Paco Bonilla

El Defensor del Pueblo ha reclamado por tercer año consecutivo al Ministerio de Justicia derogar “la norma que habilita el uso de las sujeciones mecánicas en los centros de internamiento de menores infractores de todo el territorio nacional”. Lo hace en su último informe como Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), publicado este jueves, y tras haber visitado durante 2020 siete de estos centros, entre ellos el de Tierras de Oria (Almería), donde en 2019 falleció Ilias T., un muchacho de origen marroquí al que se había inmovilizado con correas tras aplicársele el llamado “protocolo de contención”.

El documento de la institución, que dirige Francisco Fernández Marugán en funciones, destaca que, tras revisar las grabaciones de este último recinto, los técnicos detectaron numerosas irregularidades en las actuaciones para inmovilizar a los jóvenes que protagonizan incidentes, una de las cuales calificaron de “peligrosa”. En su informe de 2019, el Defensor pedía “reflexionar” sobre “el uso de las contenciones mecánicas” con este fin. Al año siguiente, ya pidió abiertamente “abolir el uso de las sujeciones mecánicas”. Ahora lo vuelve a reclamar. La institución, que destaca que en los últimos 10 años tres jóvenes han muerto en estos centros tras ser inmovilizados, aplaudió hace unos días que la nueva Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia promueva la prohibición del uso de las contenciones mecánicas en los centros de menores.

El centro de Torres de Oria fue visitado “sin previo aviso” el 16 de junio del año pasado por tres técnicos del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, cuyo “objetivo principal [era] el examen pormenorizado de las condiciones en las que se aplican las sujeciones mecánicas, tras el fallecimiento en 2019 de un menor interno”, según recoge la ficha elaborada. En ella, los representantes del Defensor del Pueblo se entrevistaron con el subdirector del centro y varios trabajadores, así como con menores, pero sobre todo “visualizaron imágenes [grabadas por las videocámaras] de varias sujeciones mecánicas”. Al término de la visita, la institución asegura haber detectado 11 irregularidades. Entre ellas, que “en la mayoría de las contenciones” los menores no mostraban signos de alteración ni violencia que justificarse la medida que se les aplicaba. “En lugar de tratarse la agresividad, era la propia actuación de la contención la que podía generarla”, señala el informe.

El Defensor también destaca que en uno de los casos se veía a un menor “muy agitado” que gritaba “Tengo miedo a morir”, y que, pese a que cuando se le colocaron las cintas de sujeción se calmó, se le mantuvo inmovilizado durante una hora y media. “Del examen del libro de registro de medios de contención se evidenció que hay sujeciones que sobrepasan las seis horas”, denuncia el documento. También que en otra grabación se veía cómo los vigilantes de seguridad “tapaban la cara y el cuello del menor, aparentemente con fuerza, para evitar que escupiera”. “Esta forma de actuar puede resultar peligrosa, ya que puede ocasionar la asfixia de la persona a la que se le está aplicando”, concluye. En este sentido, el informe apunta a que, “de los testimonios de varios menores, que resultaban verosímiles, se desprende que la sujeción mecánica parece usarse como un castigo ante una acción de un menor”.

Los técnicos también constataron que en el centro se aplicaban de manera “reiterada” las sujeciones mecánicas a menores con problemas de salud mental, una práctica en el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura insiste en que debe prohibirse “por el elevado riesgo de que la medida desencadene crisis psicóticas o descompensaciones de trastornos preexistentes”. Finalmente, el informe denuncia “una práctica” detectada en el centro almeriense consisten “en mantener sentados en una silla con los brazos engrilletados por detrás a los menores, custodiados por un vigilante de seguridad”. En este sentido, el documento recalca que “los medios de contención no se pueden utilizar de manera que atenten contra la dignidad de los menores”. Al término de la visita, el Defensor del Pueblo hizo ocho sugerencias, una recomendación y un recordatorio de deberes legales a los responsables del centro. La mayoría sobre la utilización de las sujeciones mecánicas.

En el informe, en el que también se recogen los resultados de las visitas a otros seis centros de menores, la institución insiste en que el uso de estas “es objeto de preocupación constante para esta institución”. De hecho, el documento recoge deficiencias generalizadas encontradas en estos lugares como la falta de habitaciones adecuadas para realizar estas contenciones mecánicas, la inexistencia de libros de registros en algunos casos o su cumplimentación incorrecta; la ausencia de protocolos para aplicar “medios de contención no violenta”; la falta de sistemas de videovigilancia y videograbación o la falta de formación del personal en técnicas de gestión del conflicto y la agresividad. Por todo ello, el Defensor insiste en la necesidad de “priorizar” con estos menores otros “métodos alternativos en la gestión de incidentes violentos”, y pone como ejemplo “las técnicas verbales de desescalada que impiden que aumente el conflicto”.

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Denuncias de malos tratos en los centros de internamiento para extranjeros

El Defensor del Pueblo, en su condición de Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), ha vuelto a poner el foco en el trato que reciben los inmigrantes en los centros de internamiento para extranjeros (CIE). Los técnicos de la institución visitaron el CIE de Madrid y reflejaron en su informe la denuncia de algunos internos de "vejaciones y un trato inadecuado por parte de los agentes de custodia".

 

En otra visita, un interno en concreto denunció que, estando en la ducha, un agente le golpeó con la porra en los hombros, la espalda y las piernas. Además presuntamente le propinó una patada en los genitales. Los técnicos del MNP comprobaron que las contusiones y el parte de lesiones eran compatibles con la lesión, pero identificaron "diversos errores" tras el episodio, como que el informe de lesiones se hizo "demasiado" tarde, al no encontrarse la médica en ese momento en el CIE.

 

En este sentido, y para garantizar que cualquier denuncia de agresión pueda ser investigada y esclarecida, el MNP pide que se respete el protocolo para la tramitación de quejas de malos tratos y que los centros cuenten con un libro de registro para ello, algo inexistente en el centro de Murcia, por ejemplo. Entre las recomendaciones de la institución a la Dirección General de la Policía se reclama que los partes de lesiones los envíe directamente el médico del centro a la autoridad judicial (con copia al interesado), que se remitan además al juzgado de guardia y que no se descarten los casos en los que se denuncia una agresión, pero no se identifican lesiones.


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