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Dos mandos de la ‘policía patriótica’ del PP se desmarcan en el Congreso del espionaje a Bárcenas

Los inspectores jefe Fuentes Gago y Díez Sevillano, imputados en el ‘caso Kitchen’, recibieron recompensas económicas del equipo del ministro Fernández Díaz

El inspector jefe de la Policía José Ángel Fuentes Gago, en su comparecencia este jueves en la comisión parlamentaria por el espionaje ilegal a Luis Bárcenas. En vídeo, declaraciones durante la comparecencia.
Óscar López-Fonseca

Los inspectores jefe de la Policía Nacional José Ángel Fuentes Gago y Bonifacio Díaz Sevillano, presuntos integrantes de la llamada brigada patriótica, negaron de manera reiterada este jueves, durante sus comparecencias en la comisión parlamentaria que investigaba la Operación Kitchen de espionaje a Luis Bárcenas, haber participado o tenido conocimiento del operativo policial que tuvo como objetivo sustraer la documentación comprometedora que pudiera atesorar en 2013 y 2014 el extesorero del PP para que no llegara a la justicia.

Ambos mandos están imputados por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, acusados de un delito de malversación por el supuesto desvío de fondos reservados a esta operación policial. Los dos fueron recompensados en 2014 por Interior con una medalla policial que conlleva una gratificación económica vitalicia y, un año más tarde, fueron destinados a puestos en embajadas con altas retribuciones.

Era la segunda vez que Fuentes Gago comparecía en una comisión de investigación parlamentaria tras hacerlo, en 2017, en la que terminó certificando la existencia de la policía patriótica, el grupo de agentes que, en la etapa de Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior, actuó contra rivales políticos del PP. Entonces, el inspector jefe se presentó como “un soldado” que cumplía las órdenes que le daba su superior, el comisario Eugenio Pino, señalado como el muñidor de este grupo desde su puesto como director adjunto operativo (DAO) de la Policía. Este jueves, Fuentes Gago ha descrito sus funciones a la sombra del comisario Pino de una manera similar, al asegurar que se trataba de un simple “analista” que se dedicaba al “diseño de planes estratégicos” y la elaboración de “informes de asesoramiento en materias administrativas”. En el desempeño de esas funciones, ha recalcado que nunca escuchó hablar de la Operación Kitchen, ni de seguimientos a Bárcenas o de la existencia del chófer de este, Sergio Ríos, que fue confidente de la trama a cambio de recibir con carácter mensual 2.000 euros de los fondos reservados.

Sí ha admitido, sin embargo, su participación en otras operaciones policiales puestas en marcha desde la Dirección Adjunta Operativa, aunque ha rehusado a dar detalles sobre ellas, con el argumento de que eran “reservadas” y desconocía la situación judicial de las mismas. Entre esas actuaciones se encuentra el viaje a Nueva York, en 2016, para convencer al exministro venezolano Rafael Isea de que declarase contra Podemos. “Yo he hablado con el ministro del Interior español [Jorge Fernández Díaz] y el ministro del Interior español habló con el presidente español [Mariano Rajoy]”, se le escuchaba al policía en una grabación que se difundió en 2019. Fuentes Gago fue también la persona que puso en contacto al ministro Fernández Díaz con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso. Las grabaciones de estos encuentros destaparon maniobras para investigar a políticos independentistas catalanes.

En 2014, cuando aún estaba destinado en la DAO, Fuentes Gago recibió la medalla al mérito policial con distintivo rojo, una condecoración destinada a reconocer a aquellos agentes que han puesto en riesgo su vida y que conlleva un incremento vitalicio del 10% del sueldo base y trienios. El inspector jefe ha asegurado que nunca ha sabido por qué se la dieron, aunque ha aventurado que fue por su participación en la organización del dispositivo de seguridad de la coronación de Felipe VI. Un año después fue destinado como agregado de Interior a la embajada de España en La Haya, con una alta retribución. Fue destituido de este puesto en septiembre de 2018 por el ministro Fernando Grande-Marlaska.

“Chico para todo”

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Antes había comparecido el inspector jefe Bonifacio Díez Sevillano, que también formó parte del equipo de confianza del comisario Pino cuando este era número dos de la Policía. Díaz Sevillano se sentó en el banquillo de los acusados junto al comisario Pino por el caso del pendrive fantasma con pruebas ilícitas sobre las finanzas de la familia del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol que se intentó incorporar al sumario en el que se investiga a este. Ambos resultaron absueltos. En su comparecencia de este jueves, Díez Sevillano, ya jubilado, ha seguido la misma línea que su compañero y ha asegurado que nunca supo de la existencia de la Operación Kitchen y ha recalcado que “jamás” le encargaron realizar ninguna gestión sobre Luis Bárcenas o su chófer, de cuya existencia, ha afirmado que se enteró por la prensa.

El inspector jefe se ha escudado en que su función en la Dirección Adjunta Operativa, donde estuvo destinado entre 2014 y 2016, fue la de “un chico para todo” que hacía lo que le indicaba su superior, el comisario Pino, desde asistir a actos protocolarios o cursos, a funciones administrativas. El mando policial, que se ha negado a responder si, como han asegurado otros responsables, manejó fondos reservados durante estos años, se ha mostrado convencido de que su imputación en el caso Kitchen ha sido por “proximidad” al comisario Pino.

Mientras ocupó este puesto, Díez Sevillano recibió también una medalla pensionada y, posteriormente, fue destinado a la embajada de España en México, uno de los puestos en el exterior más ambicionado por los agentes por su alta retribución económica. Díaz Sevillano, como Fuentes Gago, fue destituido por Grande-Marlaska.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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