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Detenidos 20 miembros de una mafia que cobraba 2.500 euros por llevar a menores migrantes desde Ceuta a la Península

A los investigados se les atribuye el traslado de 37 personas en pateras. En el naufragio de una de ellas en febrero hubo dos muertos y dos desaparecidos

Jesús A. Cañas
Rescate de los ocupantes de una patera en el Estrecho este domingo.
Rescate de los ocupantes de una patera en el Estrecho este domingo.MC.I.C (EFE)

El naufragio con dos muertos y dos fallecidos de una patera el pasado 7 de febrero en Gibraltar ha acabado por descubrir a una mafia gaditana que trasladaba a menores migrantes no acompañados a la Península desde Ceuta. La policía ha detenido a 20 personas en La Línea de la Concepción, Algeciras y la ciudad autónoma, acusadas de organizar estos transportes ilegales para 37 personas, previo pago de 2.500 euros por migrante. La banda, que se hacía llamar Campos Gallego, retenía a los jóvenes hasta que no completasen el pago de la deuda y les propinaba palizas si incumplían el trato.

La cara más descarnada de los viajes de la organización quedó al descubierto con el suceso de febrero. De los seis ocupantes de esa patera, dos fallecieron, dos acabaron desaparecidos y el resto consiguió llegar a nado a un barco gibraltareño. Este sábado, una veintena de personas asistió al entierro en el cementerio musulmán de Gibraltar de uno de los cadáveres, tras su identificación gracias a pruebas de ADN. Pocos de los asistentes conocían al fallecido; quienes verdaderamente le lloraban, sus familiares, participaron en el funeral por una videollamada desde Marruecos, al no poder afrontar los costes de repatriar su cuerpo.

Entre las cuatro víctimas —la policía ya da a todos por fallecidos— están Jawad y Hamid, dos jóvenes de 25 y 29 años de Castillejos (Marruecos) que cruzaron a nado a Ceuta tiempo atrás, ante el cierre de la frontera terrestre del Tarajal por la crisis del coronavirus. Asediado por la “inaguantable” situación social y económica de la ciudad y con un hijo a su cargo, Hamid se decidió a cruzar a la ciudad autónoma con la idea de alcanzar luego la Península, según declaró su madre al periódico local El Foro de Ceuta. La última vez que supo de su hijo fue el pasado 6 de febrero, cuando este le informó de que iba a tomar la embarcación que naufragó.

Tras ese viaje que partió desde la zona ceutí de Benzú estaba el clan de los Campos Gallego, según confirman fuentes judiciales. 13 de sus integrantes fueron detenidos por la Policía Nacional en el Campo de Gibraltar y el resto en Ceuta, en el transcurso de la operación Tsunami, iniciada hace dos semanas y que ha contado con la colaboración de la policía gibraltareña. Aunque Jawad y Hamid eran mayores de edad, la mayoría de los clientes de la banda eran menores marroquíes no acompañados que residían en centros tutelados de la ciudad autónoma o en la calle. Fuentes del Gobierno ceutí confirman que, desde la pandemia, la mayoría de estos chicos —actualmente 280— viven institucionalizados, aunque no han precisado si estaban al corriente de que esta mafia captaba a los menores.

La banda —que también realizó traslados desde Marruecos— tenía pisos cerca de los puntos de salida y de llegada en Ceuta y en el Campo de Gibraltar. Por esas viviendas pasaron algunos de los 37 migrantes entre septiembre de 2020 y este pasado mes de marzo, lapso en el que la policía cree que se efectuaron los traslados. A cada uno de ellos le exigían un pago de 2.500 euros por pasar el Estrecho a bordo de pateras de no más de diez ocupantes. Si al llegar a la Península aún no habían cubierto la deuda, los chicos quedaban retenidos en uno de esos pisos, ya en la provincia de Cádiz. Si conseguían librarse sin haber realizado el pago, la policía apunta que “les perseguían y agredían”, ataques por los que algunos de los menores “precisaron atención médica”.

Los agentes han decomisado cinco armas de fuego a esta violenta banda, algunos de cuyos miembros ostentan largos y variopintos historiales delictivos. Además de las armas se les han intervenido tres embarcaciones y 5.500 litros de combustible en 150 garrafas, material habitual de los grupos que suministran gasolina a las narcolanchas. Ahora el Juzgado Número 5 de La Línea ha decretado el ingreso en prisión para siete de ellos, mientras que todos están investigados por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, homicidio imprudente y organización criminal.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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