El imán del 17-A propuso a un converso atentar contra un Mercadona en Castellón
Una decena de testigos vinculados, de una forma u otra a Es Satty, declaran en el juicio por los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017
El juicio por los atentados de Barcelona y Cambrils encara su cuarta semana adentrándose en la polémica figura del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. La investigación considera que Es Satty fue el cerebro del 17-A y el responsable de adoctrinar a un grupo de jóvenes de Ripoll con lazos de sangre y de amistad hasta el punto de convencerles de cometer un atentado. Este lunes han pasado por la sala de vistas de la Audiencia Nacional una decena de testigos vinculados, de una u otra forma, al imán.
Los primeros que han declarado son dos jóvenes españoles, conversos al islam, a los que Es Satty intentó reclutar para la causa. Los dos chicos son de Castellón, ciudad en la que se encontraba es Satty en 2014, justo después de cumplir una pena de cuatro años de cárcel en la prisión de esa ciudad por un delito de tráfico de drogas. Sus testimonios han sido muy distintos, pero ayudan a conocer los métodos empleados por el imán para el adoctrinamiento que, más tarde, ensayó con éxito en el grupo de Ripoll.
Cristian Ruiz, el primero de ellos, ha explicado que conoció al imán durante el Ramadán de 2014. Coincidieron en la mezquita de Castellón, donde Es Satty dirigía la oración nocturna. El imán se acercó a él con el pretexto de que necesitaba que le arreglara un ordenador. Le invitó a su casa y allí, a lo largo de los días, empezó a establecerse una relación de “profesor alumno”. A partir de cierto momento, Es Satty empezó a exhibirle vídeos de Estado Islámico (que incluían “niños reclutados” y “torturas” en Siria e Irak) y Ruiz se asustó.
Es Satty fue más allá y le propuso atentar en territorio español. “Me llegó a decir de entrar en un Mercadona y arrasar con todo lo que pillara. Ya dije: Esto no es normal”. La actitud del imán cada día era más sospechosa: “Para él, cualquier persona que no era musulmana merecía morir (... ) Siempre veía el lado negativo de todo, era una persona muy paranoica”, ha contado. En una ocasión le propuso hacer “un hoyo en la montaña” e instalar allí una base operativa.
Ruiz ha reconocido que no denunció en su día los hechos ante la Guardia Civil. “Tal como me lo explicaba no creía que fuera capaz de llegar a hacer lo que ha hecho”. Ruiz rompió su relación con el imán y se alejó de él, al contrario que el segundo converso, Adrián Fernández. Nervioso, y eludiendo buena parte de las preguntas con un “no recuerdo”, Fernández ha reconocido que mantuvo hasta fechas muy recientes al atentado contacto con el imán y con algunos de los jóvenes del grupo de Ripoll que acabarían cometiendo el atentado. Pero ha negado que Es Satty exhibiera vídeos de Estado Islámico o le animara a cometer un atentado.
También han comparecido los responsables de la mezquita Annour, que en 2016 ficharon a Es Satty como imán de la mezquita. Los testigos, que en su día fueron investigados por los Mossos d’Esquadra pero no inculpados, han explicado su relación con Es Satty, al que han escrito como un imán de dos caras. Todos ellos han admitido que no solicitaron un certificado de penales a Es Satty para ejercer de imán, sino solo su “DNI”.
Otro de los testimonios más relevantes ha sido el del imán de la mezquita Yousseff de Diegem (cerca de Bruselas), Soliman Kaychouh. Tras una primera estancia en Ripoll, Es Satty se desplazó a Bélgica buscando trabajo como imán. Estuvo tres meses en esa mezquita dirigiendo el rezo de forma provisional. Pero cuando Kaychouh le pidió que le entregara el certificado de antecedentes penales, Es Satty se marchó. El imán ya dijo, en su primera declaración ante las autoridades belgas, que sorprendió a Es Satty hablando en castellano y éste le dijo que estaba en contacto con los “servicios secretos” españoles.
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