Chivite: “La Guardia Civil no se va a ir de Navarra”
La presidenta de la comunidad foral subraya que la transferencia de las competencias de Tráfico no supondrá la salida de la región de los 1.500 agentes del instituto armado
En contra de los mensajes alarmistas de la derecha, España no se ha roto por Navarra en los seis primeros meses de Gobierno de María Chivite. La presidenta de la comunidad foral, investida en agosto gracias a la abstención de cinco de los siete diputados autonómicos de EH Bildu, insiste en que la transferencia de las competencias de Tráfico no implica la salida de la región de la Guardia Civil. “Seguirá trabajando en otras funciones. A nadie se le va a echar", ha afirmado en un desayuno informativo organizado por Europa Press en el que ha recalcado que el instituto armado cuenta con alrededor de 1.500 agentes en Navarra, de los que unos 185 se dedican al área de Tráfico. “La Guardia Civil no se va a ir de Navarra”, ha sentenciado Chivite.
El acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y el PNV —partido que forma parte de Geroa Bai, la formación de la anterior presidenta de la comunidad, la nacionalista Uxue Barkos— incluía el traspaso de esta competencia. Las críticas del PP, UPN y Ciudadanos obvian que José María Aznar se comprometió en 2000 con el entonces presidente de la comunidad foral, Miguel Sanz, de UPN, partido coaligado con el PP, a que Navarra asumiera las competencias exclusivas en materia de tráfico y su gestión civil en el periodo 2000-2001.
“El compromiso es hacerlo en los primeros seis meses de este año y luego ver cuándo es el traspaso efectivo de esta competencia. Habrá que hacer ofertas públicas de empleo para ampliar la dotación de la policía foral”, ha explicado Chivite. La dirigente socialista ha estado respaldada por cuadros de su partido como el secretario general del PSOE de Madrid y delegado del Gobierno en la Comunidad, José Manuel Franco; la exministra de Trabajo, Magdalena Valerio; Rafael Simancas, número dos del PSOE en el Congreso, o José Antonio Montilla, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. También estaban presentes Uxue Barkos; Gloria Elizo, vicepresidenta del Parlamento por Unidas Podemos; y el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo.
En la presentación, Santos Cerdán, secretario de Coordinación Territorial y de Relaciones entre el Gobierno y el PSOE, ha resaltado el “carácter, firmeza y resiliencia” de la presidenta navarra —fue su secretario de organización—. "Un espíritu fuerte que se crece ante las adversidades”, ha proseguido Cerdán, en referencia a las críticas constantes desde Navarra Suma, que ganó las autonómicas del 26 de mayo. “La derecha entiende España desde una mirada cerrada y excluyente, y nos quiere obligar a los demás a verla así. Frente a los que quieren una sociedad homogénea, nosotros entendemos la diversidad de nuestro país, la diversidad que consagra la Constitución, y compartimos con la mayoría las ganas de entendernos con miradas y sentimientos distintos”, ha expuesto el político navarro, que ha incidido en que hacía 25 años que los socialistas no coincidían en el Gobierno central y el foral.
Chivite ha destacado “la centralidad política” de su Ejecutivo, del que también forman parte Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra. Una alianza que no cuenta con mayoría absoluta, lo que obliga a explorar pactos con EH Bildu ante la negativa de la oposición de derechas. La presidenta de Navarra ha remarcado que, pese a las críticas continuas de Navarra Suma, la coalición del PP, UPN y Ciudadanos, la coalición conservadora solo ha votado en contra en dos de los 15 proyectos de ley que su Gobierno ha presentado en el Parlamento foral. El 80% se han aprobado sin ningún voto en contra. “Yo a UPN no le veo con una voz diferente en estos momentos que a la del PP o Ciudadanos. Está en la confrontación y la barricada, siguen en su discurso hiperbólico... Si Navarra Suma quiere ser influyente tendrá que poner propuestas encima de la mesa”, ha expresado Chivite. Los socialistas facilitaron ayuntamientos como el de Pamplona -donde gobernaba EH Bildu- a la derecha semanas antes de lograr los apoyos necesarios para la presidencia de Navarra. El PSOE no votó en ningún caso a las candidaturas que la izquierda abertzale presentó en más de 270 localidades. “Durante las negociaciones [para presidir Navarra], llamé a todos los secretarios generales del PSOE de cada comunidad. Hubo una comprensión absoluta. Les pedí su confianza y me la trasladaron”, ha recordado Chivite. La semana pasada el Parlamento aprobó los Presupuestos tras firmar un preacuerdo con EH Bildu que contemplaba un incremento del techo de gasto y medidas “estrictamente sociales”.
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