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Dormir
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las Carolinas, huéspedes de aprendices en Santander

Un hotel-escuela en una mansión de 1864 con 5.000 metros cuadrados de jardines

Salón del hotel-escuela Las Carolinas, en Santander.
Salón del hotel-escuela Las Carolinas, en Santander.
Puntuación: 5
Arquitectura7
Decoración2
Estado de conservación5
Confortabilidad habitaciones4
Aseos5
Ambiente5
Desayuno5
Atención5
Tranquilidad7
Instalaciones4

Viajar de cobaya puede no resultar confortable, pero contribuye noblemente a la experimentación del turismo y a la formación académica de aquellos que precisamente harán de la comodidad del viajero su vocación profesional. A un hotel-escuela se va sobre aviso. Nada es, ni funciona, como en un hotel tradicional. Nada se presume fogueado, cursado, definitivo. Los recursos humanos son todavía recursos escolares, y el personal docente no está para atender a la clientela, sino para instruir a los alumnos hacia una atención profesionalizada de los clientes. Conviene, por tanto, ser comprensivos y premiar los inconvenientes con el título que otorga todo fracaso como pedagogía del éxito.

A esta razón obedece la iniciativa de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria en gestionar un complejo docente cerca de donde el paseo del General Dávila se cruza con el Camino Alonso Vega y el instituto de enseñanza secundaria José María de Pereda. Santander, en su zona alta, conserva todavía muchas de aquellas mansiones engrandecidas con aires indianos, como esta de 1864 cuyos 5.000 metros cuadrados de jardines son una tentación para hacer pellas cuando hace buen tiempo. A la sombra de dos magnolias y un tejo milenario, el lapso entre clase y clase gana la edad de la arboleda.

Una habitación del hotel-escuela Las Carolinas, en Santander.
Una habitación del hotel-escuela Las Carolinas, en Santander.

Tres áreas de estudios y prácticas conforman el centro turístico. La escuela, donde se capacitan 1.300 alumnos cada año en un edificio anexo y en los sótanos de la mansión principal. El comedor, en la planta baja, abierto únicamente en periodo lectivo, de lunes a viernes para las comidas y los jueves y viernes para las cenas, que deben reservarse con antelación. Y las instalaciones hoteleras, con 13 habitaciones a las que no cabe suponer ningún lujo ni comodidad reglamentaria, salvo la conexión inalámbrica a Internet. Todas ofrecen cuarto de baño y las hay también que dan a una terraza con vistas al jardín. Pero urge acometer una reforma en profundidad o, por lo menos, insonorizar mejor las paredes, renovar los colchones y ampliar el kit cosmético. El carácter noble del edificio lo pide. Y gran parte de la clientela también, aunque al término de la estancia muestre su solidaridad con el reclamo prioritario de la formación profesional.

Pedro Vega-Hazas, director del hotel y de la asociación cántabra de hostelería desde 1992, tiene por delante un gran desafío.

Las Carolinas

  • Categoría oficial: 3 estrellas.
  • Dirección: paseo del General Dávila, 115. Santander.
  • Teléfono: +34 942 03 34 02.
  • Web: hotel­escuelalascarolinas.com
  • Instalaciones: aparcamiento interior, aulas, cocinas y talleres, salón de estar, bar, comedor.
  • Habitaciones: 13 dobles.
  • Servicios: no dispone de habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos.
  • Precios: desde 65 euros la habitación doble, desayuno e IVA incluidos; aparcamiento, 8 euros, IVA incluido; menú, 22 euros, IVA incluido.

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