En la exquisita casa sevillana del mercader florentino
Palacio Bucarelli, un original alojamiento con mucha historia en el barrio de San Lorenzo
Cada una de las 15 habitaciones-apartamentos del Palacio Bucarelli, de 1615, ubicado en una de las zonas emergentes de Sevilla, guardan una historia. La más famosa nos lleva directamente a Gustavo Adolfo Bécquer. La leyenda cuenta que el poeta, que era de este barrio, San Lorenzo, siendo un jovenzuelo se enamoró de la dueña de la casa, la condesa de Santa Coloma, muy guapa y bastante mayor que él. Cayó rendido al verla día tras día salir al balcón a regar las plantas, y de ese amor, que no pasó de ser platónico, dicen, surgió un poema: “Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar…”. Ahí siguen hoy como testigos en el alero de la fachada los nidos que desde siempre han sido el símbolo de la casa.
El palacio es un buen ejemplo de arquitectura barroca civil andaluza: sobrio, con encantadores patios interiores, piscina y un gran jardín con naranjos, limoneros, jazmines morunos y una alberca como en los riads. Dos fuentes dejan oír el murmullo del agua por la noche. Y un patio porticado y un original apeadero, muy valorado por los arquitectos por su enorme arco de medio punto que sostiene la galería, conservan admirablemente su carácter primitivo. Siempre ha sido residencia de la familia Bucarelli-Santa Coloma, que recientemente decidió restaurarlo. El proyecto, a cargo del arquitecto Javier Betancourt, conserva la estructura original de sus 5.000 metros cuadrados, de los cuales la mitad se han destinado a alojamientos turísticos con una puesta al día impecable (en la otra mitad sigue viviendo la familia).
Rita Hayworth, los príncipes de Mónaco y el fotógrafo Mario Testino han visitado este palacio sevillano
En su momento pasaron por aquí como invitados desde el agá Jan y su mujer, Rita Hayworth, hasta los príncipes de Mónaco. Y no hace tanto, Mario Testino, que, después de visitar unos cuantos palacios sevillanos (y los hay en abundancia y espectaculares), se decidió por este para una sesión fotográfica. Pero ni todo esto ni tampoco los 400 años de historia del inmueble intimidan al visitante; al contrario, el ambiente se asemeja —premeditadamente— más al de una residencia familiar confortable que a un hotel. “Ofrecemos calidad y ponemos mucho esmero y atención en los detalles manteniendo la esencia original”, explica Pilar Queralt Bucarelli, alma mater del proyecto. Un detalle: el zumo de naranja del desayuno sale de un naranjal de la familia.
La historia y las historias se cuelan en todas las habitaciones: la número 13, por ejemplo, es la del Ilustrado porque allí durmió un político de la Ilustración. Hay estancias para todos los gustos y necesidades: apartamentos para cuatro personas (dos dormitorios) con cocina y baño (desde 126 euros), de dos alturas (desde 150 euros), una suite familiar, áticos con terraza (180 euros) y otros con una pequeña piscina. Además se pueden celebrar eventos, ya que sus grandes salones comunicados pueden acoger hasta a 250 invitados.
Antonio Bucarelli, un mercader de origen florentino que llegó a Sevilla a principios del siglo XVII porque quiso hacer comercio con las Indias y a quien le otorgaron varios títulos nobiliarios, fue quien levantó este edificio en la calle de Santa Clara conocido también como palacio de los Condes de Santa Coloma. Con vistas a la Alameda y vecino de la torre de Don Fadrique, está rodeada de lugares emblemáticos como la basílica de Jesús del Gran Poder o los conventos de San Antonio de Padua y Santa Clara. Y a un corto paseo esperan el Museo de Bellas Artes y el Espacio Santa Clara.
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Todas las habitaciones incluyen: wifi gratuito, aire acondicionado y habitaciones insonorizadas.
Valoración media en Booking: 9,4 (139 comentarios).
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