No sin mis cuadernos

El ilustrador y dibujante urbano Víctor Swasky recorrió las islas Canarias con la misión de dibujarlas. Este ilustrador errante, como él mismo se define, vive en Barcelona, y entre sus proyectos siempre hay algún cuaderno de viaje: ahora está preparando uno con ilustraciones sobre un pintor catalán cuyo nombre prefiere no desvelar aún.

¿De quién fue la idea de recorrer las islas Canarias?

Recibí el encargo para hacer una serie de dibujos en cada una de las Canarias, concretamente en los cascos antiguos de las ciudades más importantes. Ha sido el único viaje que he hecho completamente solo: me tuve que montar yo mismo toda la ruta y la logística para moverme por el archipiélago.

Imagino que realizó muchos trayectos en barco…

Hubo bastante barco entre unas islas y otras. Llegué a Gran Canaria en avión y después me moví únicamente en ferri.

¿El ferri marea mucho o no es para tanto?

El ferri marea. El que hace los trayectos entre las islas más grandes es un barco de mayor tamaño y más estable. Pero la peor experiencia fue el trayecto de Tenerife a la isla de El Hierro: en esa ocasión era un barco más pequeño, un catamarán, y además había mala mar. Toda la gente que iba en el barco acabó vomitando. Venían a ser unas dos horas de travesía… que se hicieron eternas.

Pasemos del mar a la tierra: ¿hay una paleta de colores propia de los terrenos canarios?

Sí, y con cambios de este a oeste. Vi todo el contraste que podías encontrar en las islas. La zona este, cercana a Marruecos, es más desértica; tiene una paleta cromática de marrones y rojizos. Hacia el oeste los climas son más selváticos: La Gomera o La Palma tienen mucha más vegetación y eso se traduce en una tendencia hacia los tonos verdes.

¿Y el color negro?

En La Palma y La Gomera encontré arena volcánica negra, por supuesto.

¿Dibujó también lo que comía? Poca gente conoce las delicias de la comida canaria…

Acostumbrado a vivir en una ciudad grande donde hay mucho donde elegir, me encontré con una oferta gastronómica algo limitada. Pero en La Palma fui a casa de una amiga y allí fue donde probé alimentos de la isla: papas arrugás, y también quesos autóctonos… estuvo muy bien.