Cabrera, con Sara Montiel
A Pedro Ruiz le encanta el agua y lo busca cada vez que pueda en sus viajes. Uno de sus destinos preferidos: las islas Baleares
El mar es como el líquido amniótico de la humanidad”, dice, sonando de repente muy Pedro Ruiz. El cómico, que acaba de estrenar su espectáculo Eterno en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, se baña todos los días en su piscina porque eso le retrotrae “a una especie de renacimiento”, y casi siempre busca rodearse de agua en sus vacaciones.
Que no le busquen a usted en el metro de una gran ciudad…
No me gustan las grandes ciudades. No me pierdo en Nueva York, apenas conozco Londres, pero he estado en las Maldivas y los mejores recuerdos de mi vida han sido navegando por las Baleares, que conozco como si fueran el patio de mi casa. Haciendo submarinismo, jugando al tenis y, sobre todo, anclado en cualquier puerto, tocando la guitarra con amigos.
¿Tiene barco?
Lo alquilo. Con un patrón. Las máquinas y yo tenemos una relación nefasta. No sé ni dónde está la varilla de aceite del coche, no hay ordenador en casa y tengo tres iphone 6 regalados que no utilizo porque no quiero que la tecnología me invada.
Describa las Baleares entonces.
Mallorca es cosmopolita y variada; Ibiza es una fiesta que jamás comparto; Menorca, introspectiva; Formentera, pseudohippy; Cabrera, el silencio. He compuesto y escrito mucho allí.
No me diga.
Recuerdo una noche a la luz de las estrellas con Sara Montiel en Cabrera en la que preparamos su espectáculo Saritízate.
¿Por qué cada verano vemos a los mismos famosos en los mismos barcos?
Hay dos maneras de navegar: si te gusta el mar o si te gusta que te vean en pareo.
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