El vino festivo en la Finca La Estacada
Un complejo de enoturismo en Tarancón con un restaurante con terraza y un programa diario de catas en la bodega
En primer lugar aflora el viñedo. Una mancha pretérita de 278 hectáreas que producía ya buenos vinos a la reina María Cristina tras enviudar de Fernando VII. Sus nuevos propietarios, la familia Cantarero, invirtieron con determinación por resucitar aquellas glorias y demostrar que en La Mancha sí cabe hoy descorchar una botella de marca a precio asequible. En casa, en cualquier restaurante de España y, por qué no, también frente a los pámpanos que maduraban al sol la siguiente vendimia. Había que complementar el negocio vitivinícola con el enoturístico —signo de los nuevos tiempos—: un restaurante con terraza, un programa diario de catas en la bodega y un hotel con circuito spaespecializado en vinoterapia.
Puntuación: 6 | |
Arquitectura | 4 |
Decoración | 4 |
Estado de conservación | 8 |
Confortabilidad habitaciones | 6 |
Aseos | 6 |
Ambiente | 5 |
Desayuno | 4 |
Atención | 8 |
Tranquilidad | 6 |
Instalaciones | 8 |
Dicho y hecho. El complejo de enoturismo nació hace menos de una década y no para de crecer en visitantes y en instalaciones. La última, una sala polivalente para toda clase de eventos en torno a la actividad principal denominada La Voz del Vino. Así, el complejo deviene a todas horas una fiesta, un jolgorio mayúsculo, especialmente los fines de semana. Alguien podría quejarse, no sin un punto de razón, de un pastiche vacacional. Pero aquí se viene a lo que se viene, que es celebrar los primeros mostos, cantar el primer descorche o festejar la vendimia anual.
El comedor huele a tempranillo, destila vida y respira a cordialidad por todos los poros. Con frecuencia hay cola en recepción para la salida, consecuencia de una llamativa falta de personal. Pero el que hay trabaja y se entrega a los huéspedes con puntualidad. Los platos entran y salen a la velocidad de bar. Nadie queda tampoco defraudado en su gusto, máxime cuando se hacen acompañar de un Secua o un La Estacada Syrah-Merlot.
Si el acceso desde la carretera general tiene su intríngulis, imprescindible para asegurar la debida distancia con el tráfico rodado, no se puede cantar victoria hasta situarse frente a la entrada, pese a su incomprensible destartalamiento con un mostrador de cerveza en grifo y una máquina expendedora de refrescos a la vista. ¡Ay si Baco levantara aquí la cabeza…! El empedrado es difícil de lavar con las maletas a cuestas. Más adentro resuenan los pasillos, que podrían haber sido mejor insonorizados.
Todas las habitaciones ofrecen un confort panorámico sobre el viñedo. Muy poco arquitectónicas. Decoradas con criterio industrial. Amplias y generosas en su amueblamiento. Y desde sus balcones, privilegiadas con unos atardeceres dorados sobre el viñedo.
En segundo lugar… Sí, otra vez el viñedo manchego.
Finca la Estacada
- Categoría: 4 estrellas.
- Dirección: Carretera N-400. Tarancón, Cuenca.
- Teléfono: 969 32 71 88.
- Internet: www.fincalaestacada.com.
- Instalaciones: aparcamiento exterior vigilado, jardines, bodega, pista de pádel, gimnasio, spa, sala de reuniones (100 personas), salón, tienda de vinos, bar, restaurante.
- Habitaciones: 22 dobles, 2 junior suites, 1 suite.
- Servicios: visitas diarias a la bodega, sesiones de cata, algunas habitaciones adaptadas para discapacitados; animales domésticos prohibidos.
- Precios: desde 75 euros la doble, IVA incluido; desayuno, 8 euros.
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