Muchas ciudades, un mismo lugar
Viaje fotográfico con Lorca diCorcia, de Los Ángeles a Hong Kong o Nápoles
Philip-Lorca diCorcia (Harford, Connecticut, 1951) es uno de los fotógrafos más influyentes de las últimas décadas. Inquieto, particular y comprometido, en sus fotografías llama poderosamente la atención lo escenográfico. Reconocemos enseguida trazos de Nueva York y de Los Ángeles, pero también vemos retazos de otras ciudades que no identificamos y que forman junto con las primeras una ciudad genérica. En esa ciudad insinuada los personajes son desconocidos, peatones a los que el fotógrafo singulariza utilizando iluminación artificial, algo más propio del cine que de la fotografía callejera.
"Fotografío ciudades en la medida en que las personas que las habitan las configuran”, dice DiCorcia. “Se trata de transmitir una arquitectura de lo humano en la ciudad. Aunque no aparezcan personas en muchos casos, subyacen en la imagen”.
En la serie Heads aparecen 17 personas en primer plano frontal contra un fondo oscuro que nos recuerda ciertos códigos lumínicos del tenebrismo. Aunque no se ve ningún detalle de Times Square, el lugar donde realizó los retratos, “estos rostros marcan un mapa de la esencia de Nueva York”.
DiCorcia ha viajado en numerosas ocasiones a España y, como no podía ser de otra manera, cita El Prado y a Goya. “En Madrid, mi lugar de referencia es el Museo del Prado, uno de los museos más fascinantes del mundo. Las pinturas negras de Goya son un referente para mí”. Sin embargo, la primera ciudad que conoció en España fue Salamanca. El Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca publicó un libro que reproduce la serie StreetWork, momentos captados en las calles de Los Ángeles, Hong Kong, Nápoles, Roma, París, Londres y Nueva York entre 1993 y 1997. “Siento que mis viajes son programados por casualidades que surgen, yo no elijo claramente los destinos, excepto los lugares en los que vivo durante un tiempo, como Los Ángeles, Nueva York o Nápoles”.
Si su conocido trabajo Hustlers muestra la prostitución masculina de los chaperos de Los Ángeles en el momento álgido de mortalidad por el sida, Lucky Thirteen nació como un alegato contra el ataque terrorista a las Torres Gemelas del 11-S, en memoria de un suicida al que vio caer por televisión.
Su última serie, East of Eden, que comenzó en 2008, ha llegado a la galería londinense David Zwirner. DiCorcia observa los símbolos de la génesis bíblica en un recorrido por Estados Unidos, desde Pensilvania hasta California. “En este trabajo he querido aportar una visión de la crisis económica mundial como una dicotomía entre el bien y el mal. Transmite la decadencia de la política y de la banca”. En la obra East of Eden se ve un árbol en un bosque totalmente quemado donde las únicas flores son las del vestido de una Eva etérea y con la mirada perdida. En la foto Epiphany representa la serpiente mediante una pole dancer (bailarina de barra) boca abajo cuyo cuerpo se refleja en un espejo, creando un efecto zoomórfico. En la última fotografía de esta serie, Cain and Abel, realizada en 2013, una pareja gay lucha o se da un abrazo sobre una cama mientras Eva, desnuda, con una belleza botticelliana, les observa hierática. “Yo nunca utilizo Photoshop, pero en esta foto he eliminado el ombligo de Eva. Eva no puede tener ombligo”, comenta con humor.
DiCorcia se considera a sí mismo un verdadero dinosaurio de la fotografía y de la vida, como repite varias veces en la entrevista; no le interesa Internet ni las redes sociales. “El fenómeno de autofotografiarse sin fin, de los egos sin límite que se muestran en los blogs y en las redes no captan mi interés. Sí, seguro: soy un dinosaurio en vías de extinción”.
Por casualidades de la vida, como diría el mismo DiCorcia, ha viajado mucho fotografiando por encargo para distintas revistas. En sus comienzos fue fotógrafo de viajes para Condé Nast Traveller. “El trabajo de fotógrafo de viajes fue muy satisfactorio en la medida en la que se alejaba de los planteamientos de mi obra personal. No tenía ninguna posición que defender, me dejaba llevar”. Más tarde fotografió moda para la revista W durante 11 años, lo que le llevó a viajar a La Habana, El Cairo u Odessa, trabajo que ha quedado reflejado en Eleven, su último libro hasta la fecha (editorial Freedman Damiani).
Su último viaje, a Tilburg, en Holanda, cerca de Ámsterdam, tiene que ver con la retrospectiva que ha organizado el Museo de Arte Contemporáneo De Pont, recién clausurada. Y en abril, sus fotografías serán expuestas en el Centro de Arte Alcobendas.
» Marisa Santamaría es directora de comunicación del Istituto Europeo di Design (IED) en Madrid.
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