El 'tour' de la crisis en Londres
El movimiento Occupy London organiza rutas guiadas por los puntos de la ciudad vinculados al colapso financiero
Liam Taylor es un guía bastante singular. Para empezar, no le interesan los palacios ni los monumentos y su figura, menuda y de apenas 1,70 metros, pone en guardia a los vigilantes de los edificios que visita. Da igual que la policía, tras seguirlo durante unas horas, lo calificara de totalmente inofensivo. Parece que su presencia aún resulta inquietante para algunos.
La idea de su tour empezó de forma inesperada, cuando acampaba frente a la catedral anglicana de San Paul, durante los días en los que el canónigo de la iglesia acogió al movimiento de Occupy London y les ofreció un espacio para protestar contra la desigualdad económica.
Ahora, este profesor de instituto recién licenciado en la universidad de Oxford, espera con un paraguas frente a la estación de metro de Canary Wharf. Quienes no le conocen podrían pensar que se trata de otro guía turístico cualquiera, pero sus palabras no hablan de reyes ni de conspiraciones del pasado sino de una historia mucho más reciente: el colapso financiero global.
Rodeado de un grupo de londinenses, turistas y curiosos, este bristoliano pelirrojo comienza en el imponente edificio de cristal de 25 Bank Street. “Para la mayoría de la gente, la crisis comienza con la quiebra del banco que se encontraba aquí”. Aunque las cosas se han complicado mucho desde entonces, casi todos recordamos a los cientos de trabajadores de Lehman Brothers que el 15 de septiembre de 2008 salían de sus oficinas de Nueva York y Londres cargando sus pertenencias en cajas de cartón.
Liam recorre las empresas donde se ha originado el hundimiento económico, explicando lo que ocurre detrás de las impenetrables torres transparentes. “Mi intención era organizar una protesta”, precisa mientras camina entre los relojes de una avenida futurista, “pero descubrí que en este distrito está prohibido”.
En realidad, todas las calles y espacios de Canary Wharf son propiedad de un grupo privado que decidió establecer a finales de los 80 un complejo de negocios en este antiguo puerto del Támesis. Su construcción más emblemática, One Canada Square, se puede ver desde diversos puntos de Londres y refleja la expansión de la capital británica como mercado internacional. Liam, abrochándose el último botón de su chaqueta, se aproxima al rascacielos de punta triangular con cierto orgullo: “Cuando los porteros me ven llegar, bloquean las puertas de entrada”.
La razón por la que One Canada Square forma parte del tour se encuentra entre las plantas 11 y 16. Para este profesor, la crisis no puede comprenderse sin la actividad que se realiza en estas oficinas: la calificación de riesgo elaborada por la agencia Moody's. “Ellos eran los que acreditaban como seguros los paquetes de hipotecas basura y los que pueden hundir a un gobierno con la rebaja de la calificación de sus bonos”.
Liam bordea los muelles de Canary Wharf seguido de cuatro guardias de seguridad que custodian al variado grupo de personas. Al llegar frente al edificio de Citigroup, se detiene de nuevo: “Este banco no estaría aquí si no fuera por los 45.000 millones de dólares que los contribuyentes americanos pagaron para rescatarlo”, anuncia con intención de que todos le escuchen, “quizá sería bueno recordarles que siguen teniendo 427 filiales en paraísos fiscales”.
Canary Wharf es un afanoso hormiguero de hombres con trajes oscuros y mujeres con zapatillas de deportes que sustituyen, en las oficinas, por zapatos de tacón. Desde donde estamos, se ven los restaurantes agradables del impoluto West India Quay. Un poco más adelante, la torre verdosa de Barclays. “En su tejado tiene un jardín para aves salvajes”, comenta Liam, “pero para mí es el refugio de malvados de James Bond”. A pesar de las multas imputadas a este banco por blanqueo de dinero, en el año 2010 cinco de sus directivos se repartieron 110 millones de libras (137 millones de euros) en bonos. La cifra ha dejado ser inusual aunque ¿qué hacen con tanto dinero?
Liam deja de consultar sus notas. Además del tour en Canary Wharf, ha empezado a realizar visitas guiadas por la City y el barrio de Mayfair. En este último, a unos pasos de la turística plaza de Picadilly, uno puede ver las tiendas y galerías de lujo, si bien es detrás de las discretas puertas con placas doradas donde se mueven miles de millones en los fondos de alto riesgo. No hace falta estar muy atento para percibir el dinero aunque pocos sospechan la cantidad. “En el recorrido paramos en el club de noche Movida”, comenta retomando la cuestión que le han hecho, “Allí crearon un cóctel especial con limaduras de oro y diamante por 35.000 libras (43.000 euros). Quizá 110 millones no son tanto después de todo”.
Canary Wharf, es una península dentro del distrito de Tower Hamlets, uno de los barrios con más desempleo de Londres y el segundo con más pobreza infantil de todo el país. Desde su colegio, Liam ve todos los días la diferencia entre los niños a los que enseña, afectados ahora por los recortes del gobierno, y el cristal de las inmensas catedrales donde se decide, en gran medida, el destino económico del mundo. Por eso, asegura, decidió unirse al movimiento Occupy London e investigar sobre los motivos de la crisis.
Hoy en día, su tour atrae a personas de todo tipo que también quieren descubrir lo que ocurre en estos centros financieros. O simplemente observar de cerca los lugares que, desde hace unos años, aparecen a diario en las noticias. Se trata de un viaje por el momento presente. Al fin y al cabo, dice sonriendo, esta es la Historia que vivimos y en la que podemos influir.
Más información sobre los tours de Occupy London
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