Un mercado de felicidad

"Un lugar donde la gente decide dónde comprar un trozo de felicidad". Así define el Saló Internacional del Turisme a Catalunya (SITC), que se celebra este fin de semana en Barcelona, su presidente, Raimon Martínez Fraile. La feria, con 21 ediciones a sus espaldas, "buscó desde el principio estar muy dirigida al público final". Por eso, la fecha está tan cerca de las vacaciones y las entradas arrancan en 7 euros. Esa cercanía al público es lo que diferencia al Saló de otras ferias, según su presidente.

Aunque hay especialistas de 50 países, el acento de esta feria, más que en el destino geográfico, se pone en la "experiencia". El recinto se organiza también en corners (rincones) temáticos: del turismo de singles y gay a los cámpings para familias. Este año se apuesta por las Smart Cities (ciudades más habitables y visitables), el turismo sostenible y el Mediterráneo (que atrae a 200 millones de viajeros al año), especialmente por los países de la Primavera Árabe como Argelia o Egipto.

Entre las propuestas más potentes hay relajados viajes enológicos por la Toscana y trepidantes maratones que cruzan el desierto de Túnez. Representan dos de los protagonistas de esta edición: el enoturismo que ofrece rutas por el Somontano, visitas a bodegas o paseos por viñedos; y el turismo deportivo -que ya representa un 14% de todos los viajes-, con iniciativas que van desde viajar a los Juegos Olímpicos de Londres a participar en Héroes Dream, una carrera para los aficionados a la mountainbike: 720 kilómetros entre Madrid y Barcelona sin paradas obligatorias.

Por supuesto la feria también tiene una parte más profesional, con mesas redondas, talleres y ponencias que reflexionan entorno al futuro de un sector que, aún en tiempos de crisis, crece: en el año 2011 España recibió 56,7 millones de turistas internacionales, un 7,65% más que en 2010. El negocio de los viajes supone el 10% del PIB español.

Para amenizar la visita de los posibles compradores que lo alimentan habrá espectáculos de folclore, catas de vino, concursos fotográficos y atracciones como un simulador de Ferrari. Además, por toda Barcelona, 16 hoteles prepararán menús de distintos países por un precio de 35 euros (26 con la entrada del Saló). Todo para agasajar a ese comprador que busca la felicidad. "A los expositores les digo que además de folletos, traigan albaranes", dice el presidente, "queremos que esto sea un mercado medieval, que se cierren viajes".