Verano azul de toalla y sombrilla
Diez playas españolas y portuguesas que estrenan este verano bandera azul, distintivo de calidad reconocida
No están perdidas ni requieren capacidad de escalador para acceder a ellas. Estas diez playas ya eran una apuesta segura para un baño refrescante. Pero hasta este verano la bandera azul no ondeaba en su costa. Un certificado de calidad presente en uno de cada seis arenales españoles, una garantía que también comparten con algunas zonas portuguesas. Unas con el resplandeciente azul del océano y otras a las que ni siquiera les hace falta el mar para asegurar una experiencia de alto nivel. Playas fluviales de entorno rural donde un árbol hace las veces de sombrilla. Prohibido dejarse engañar por los escaparates y las nuevas colecciones de temporada. Las vacaciones aun permiten levantarse y preguntar: "¿dónde vamos a darnos un chapuzón este verano?".
01 Mirador a las Cíes
Galicia repite como la comunidad española con más banderas azules. Las playas de Sanxenxo son de las más premiadas y este año la de Fortiñón, en Vigo, se ha ganado la mención con sus 100 metros de arena blanca. Pequeña pero encantadora, es uno de esos lugares de la costa gallega desde el que adivinar la silueta de las islas Cíes. Playa urbana a la que se accede a través de un entramado de calles estrechas y con pendiente. El paisaje de arena fina se combina con el verde presente en todo el norte peninsular.
02 La Gomera sosegada y sostenible
Entre los almendros, palmeras y algunos viñedos del pueblo de Alajeró, en La Gomera, se abre paso la playa de Santiago. Enclave costero ejemplo de desarrollo sostenible que combina un incipiente y sosegado turismo con una costa soleada, pedregosa y limpia. Destino para amantes de la naturaleza, esta parte del sur gomero está declarada como sitio de interés científico por la salvaje belleza de sus acantilados. Un salto a este rincón de Canarias puede coincidir con las fiestas de la bajada en procesión de la Virgen de El Paso. Acompañada del ritmo particular de chácaras y tambores, es una de las tradiciones más importantes de la isla.
» www.la-gomera.com/santiago.htm
03 Entre submarinismo y sardana
En el trayecto de Blanes a Lloret de Mar, las olas de Santa Cristina permiten refrescarse en un rincón de aspecto balear pero en plena Costa Brava catalana. Bien equipada y solo separada por un risco de la encantadora Cala Treumal. Su emplazamiento privilegiado entre dos grandes colinas la protege de los vientos, quedando sus aguas en calma para practicar el submarinismo, actividad recomendable desde la zona de inmersión para principiantes de Cala Gran (12 metros) hasta las únicamente aconsejables para profesionales de Els Bullents (26 metros). Acercarse a Lloret de Mar supone ver durante todo el verano los bailes de la sardana, la popular danza catalana.
04 Los arenales del sol
Su nombre lo dice todo. Con la mención de la zona sur de Arenals del Sol, en Elche, se eleva a cinco el número de distinciones en la costa ilicitana. Entre dunas embrionarias, móviles o fijas, disfrutar de la arena fina y dorada no es un secreto, pues en verano confluyen allí muchos turistas amantes del levante español y la gran cantidad de servicios disponibles.
05 Bandera azul sin costa ni mar
Aunque el premio a la calidad no es novedad este año (fue reconocida en 2010), la primera playa de agua dulce española que consigue la bandera azul merece una mención en este decálogo acuático. Se llama Playa Costa Dulce y está en el pantano de Orellana La Vieja, en Badajoz. No tiene arena pero sí césped. Y chiringuitos. Rodeada de pastizales y dehesa, es el último pantano de la cuenca del Guadiana. Las aguas llegan claras y decantadas procedentes de dos embalses superiores. Todo tipo de infraestructuras hoteleras (camping incluido) rodean 800 metros cúbicos de agua que, si no fuera porque no es salada, haría dudar a cualquiera.
06 El Algarve nunca falla
La región sur de Portugal es un lujo. Aguas transparentes y rocas de formas caprichosas hacen que el Algarve sea un destino predilecto por turistas internacionales con presupuesto limitado. En la zona de Lagoa, Praia Grande se localiza en la orilla oriental de la desembocadura del río Arade. Más de 760 metros de largo accesibles a través de una escalera que rebasa una altura de unos 30 metros. Sobre la costa, la localidad de Ferragudo guarda el encanto pesquero con sus pequeñas casas blancas.
07 Mariscada en Sesimbra
Inmensas dunas de arena esperan en la región portuguesa de Tejo, concretamente en la playa de Moinho de Baixo. Cerca de 1.800 metros de playa que la convierten en preferida por los bañistas de Sesimbra. El núcleo donde se ubica, Aldeia do Meco, invita a probar los pescados y mariscos que impone la gastronomía local. Durante los meses de verano el municipio es un hervidero de conciertos que se complementan con la visita al Castillo y el Cabo Espichel.
08 Bajo una sombrilla verde
También en Tejo, la zona de Guarda esconde una playa fluvial que se aleja del prototipo de arenal portugués. Valhelhas, bañada por las aguas tranquilas y frescas del río Zêzere, ofrece además de chapuzón, contemplar el privilegiado entorno del Parque Natural de Serra da Estrela, la mayor área protegida del país. En este estanque de interior, la escapada permite convivir con su variada fauna durmiendo en el camping, haciendo picnic o relajándose libro en mano bajo un árbol que hace las veces de sombrilla natural.
» www.turismoserradaestrela.pt
09 El menú incluye vampiro de mar
Otra playa de río con bandera azul es Quinta do Barco, en la zona centro portuguesa. Escenario rural de verde sobresaliente en el margen izquierdo del Vouga, donde se pesca el ingrediente principal del plato típico local, el arroz de lampreia. Aunque su aspecto no resulta demasiado atractivo, la carne dura de este pez primitivo similar a la anguila ya estaba considerada en tiempos romanos como un exquisito manjar. Se conocen como los vampiros de mar, pues se alimentan literalmente de la sangre de sus presas, a las que le hincan sus múltiples dientes.
10 Noches de jazz y playa
Después de un día de sol, la región de Matosinhos es conocida por su ambiente nocturno. Quemar la energía en arenales dorados como Angeiras Sul para después probar platos de la gastronomía norteña mezclada con los vinos del Douro. Escuchar buena música jazz en un entorno tranquilo copa en mano en el B-Flat de Matosinhos o, cerca, adentrarse en la discoteca Estado Novo para los que prefieren ritmos más agitados.
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