Cervezas en la trasera de un Trabant
Edificios abandonados de rica vida interior, patios de vecinos amueblados con antiguos chasis soviéticos y áticos que albergan 'raves'. Recorrido al filo de la clandestinidad por los mejores bares 'underground' de Budapest
Hace algunos años la noche de Budapest cambió de aires, convirtiéndose en un auténtico paraíso para espíritus modernos (y no sólo) que buscaban diversión hasta el amanecer. La idea -¿por qué no?- de montar un garito en un edificio abandonado, quizá surgida en una conversación entre colegas de un sábado noche cualquiera, se hizo realidad gracias a un grupo de jóvenes que decidieron alquilar, a un precio módico, un destartalado edificio que tenía el derribo como único futuro. El resultado de tan descabellado arrendamiento fue el primero de una serie de bares con aspecto y espíritu underground, que convirtieron la ruina interior de sus locales en una auténtica y atractiva ruta nocturna.
A medio camino entre una okupa y un centro social, estas naves industriales, viviendas reconvertidas y corralas decoradas con mobiliario retro de casa de abuela, abren sus puertas desde el mediodía hasta la madrugada, albergando en su interior desde una improvisada tertulia hasta una exposición de arte, pasando por una sesión de música electrónica o un campeonato de backgammon o una partida de futbolín. Aquí hay cabida para todo y para todos. Recorrido por los 'imprescindibles' de la ciudad.
El pionero
Szimpla Kert (Kazinczy utka 14; abierto de 12 a 2 h) fue el primero y resume a la perfección el espíritu de estos nuevos locales: se aloja en un enorme edificio en el que posiblemente no entrarías de no saber qué se esconde tras la puerta. Merece la pena perderse por las habitaciones de sus dos plantas decoradas con grafittis y algún que otro trasto que, lejos del made in Ikea, podría haber sido rescatado de un vertedero. Precios populares en la barra, un jardín central que le da nombre y chasis de viejos Trabant en el patio. Buena opción para cualquier día de la semana.
Neones y tejados
El último piso de los grandes almacenes comunistas Corvin, abiertos en 1926. Un pasillo con indicaciones de que estás en el lugar correcto y un montacargas te llevarán directamente a una sala inundada con luz roja que se ha convertido en escenario de la vida cultural húngara. Aunque lo más impresionante de Corvintetö (Blaha Lujza tér 1-2; M-S de 19 a 5h) nos espera unos pasos más allá: la azotea de 600 metros (abierta de primavera a otoño) desde donde se contemplan las luces de neón y los tejados de la ciudad. Como final de fiesta, el amanecer.
Oda al sifón
El mejor escenario para tomarse un café o una soda sentado en un sofá de cuerina roja de los años 70. Szóda Kávézó & Mulató (Wesselényi utca, 18; L-V de 9 a 5h y S-D de 14 a 4) conforma, además de otras cosas, todo un tributo underground al sifón, original de Hungría, por cierto.
Zoológico 'kitsch' de interior
Galería de arte, café, punto de encuentro... en un lugar decorado con animales que pasan por encima de tu cabeza todo es posible. El interior de Instant (Nagymezö utca, 38; abierto de 14 a 3h) resulta un auténtico laberinto y la opción más ecléctica y kitsch de Budapest. Nunca deja indiferente.
La propuesta 'trendy'
Un antiguo taller de reparación de coches ha pasado a ser un bar trendy para estudiantes. Con un gran patio interior y una sala de televisión que parece haber retrocedido en el tiempo hasta los 60 del siglo pasado, Kuplung (Kiraly utca, 46; L-S de 14 a 4 y domingos de 18 a 2h) es un lugar idóneo para tomar un relajado café mientras contemplas la colección de curiosos grafittis de sus paredes.
Pizzería y atracón cultural
Ha sido el último en entrar en escena (fue cerrado y reabierto en mayo de 2010), pero el que se ha tomado más en serio su misión como espacio de recepción cultural. Fogasház (Akácfa utca, 51. J-S de 17 y 4 h, D-X de 17 a 24) es, también, el más underground de todos, pero mantiene entre sus planes incluir actividades de teatro, cine y música. De momento, destaca la estratégica e improvisada pizzería al corte, por si semejante atracón de cultura desata el hambre a altas horas de la madrugada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.