18 fotosMinas antipersonalesDesactivar el suelo del sur de IrakUn grupo de mujeres limpia de minas antipersonales la ciudad de Basora, una zona donde hubo fuertes enfrentamientos en los años 80 entre la Irak de Sadam Husein y la entonces recién fundada República Islámica de Irán de Ruhollah JomeiniJ. I. Mota20 dic 2021 - 18:42CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl cartel de la entrada a la zona de Shelamja avisa del peligro por las minas y otros explosivos en el lugar. El área está situada a las afueras de la ciudad de Basora (sur de Irak), cerca del conocido río Shatt al Arab y a solo unos kilómetros de la frontera con Irán.J. I. MotaLas primeras minas que se aprecian al entrar a la zona de Shelamja. El lugar está repleto de explosivos sin detonar desde la guerra de Irán con Irak en los 80, la Guerra del Golfo en 1991 y la invasión estadounidense de 2003. En esta última etapa, el entonces presidente de Irak, Sadam Husein, contaminó con explosivos las fronteras con Kuwait y Arabia Saudí para evitar la entrada fácil de las tropas estadounidenses.J. I. MotaUno de los tipos de detectores de explosivos que utilizan en la empresa Al Khebra Al Fania (AKAF).J. I. MotaUna mina italiana VS-50 que guarda el director de la empresa AKAF, Mohamed Abd Al Hasan. Estas minas, con la carcasa de plástico, eran conocidas por la dificultad para detectarlas.J. I. MotaEl equipo de mujeres que trabaja detectando explosivos junto a los paramédicos que las vigilan con ambulancias por si ocurriera algún accidente. Las chicas trabajan desde las cinco de la mañana hasta la una de la tarde todos los días y reciben un salario de entre 800 y 1.000 euros al mes.J. I. MotaUna granada de mortero OF-843, de fabricación soviética, situada a solo unos metros del campamento de la compañía AKAF. Se puede apreciar la espoleta —mecanismo que va colocado en la boquilla de las bombas y otros artefactos con carga explosiva y sirve para provocar la explosión— todavía puesta, por lo que está sin detonar. Por norma general, los proyectiles de artillería no tienen esa forma de punta hasta que les montan la espoleta, que es lo que hace que detone y le da esa forma en la parte superior. Esta granada se dispara a través de una base de mortero. Al Hasan, director de la compañía, asegura que han limpiado en 46 días de trabajo 7.000 metros y han encontrado 1.194 morteros y 23 granadas, en parte, gracias a las chicas.J. I. MotaEl lugar donde el grupo de mujeres hace descansos. Se pueden ver varios utensilios que utilizan durante su jornada. Al fondo se aprecia una camilla que deben utilizar en caso de emergencia. Las jóvenes descansan bajo la sombrilla para resguardarse del sol y el calor, que en verano llega a los 50 grados en Basora.J. I. MotaRukhaia y Dikra trabajan sobre un terreno sospechoso de contener decenas de explosivos sin detonar. El proceso es lento y puede llevar muchas horas. Cada vez que el detector emita un sonido, deben pararse y poner una señalización, en este caso roja porque es zona de granadas de morteros. Las minas antipersona se señalizan con el color amarillo y los antitanques con el color negro.J. I. MotaUna ambulancia junto a un vehículo de la empresa AKAF. La empresa tiene cuatro ambulancias preparadas con sus paramédicos que están en el lugar hasta que acaba la jornada.J. I. MotaUn Bulldozer blindado tipo Caterpillar removiendo la tierra en busca de las minas enterradas. Está completamente blindado para proteger al conductor en caso de explosión.J. I. MotaSeñalizaciones sobre un terreno removido avisando del peligro de explosivos en la zona.J. I. MotaEste vehículo se utiliza para recoger grandes cantidades de tierra removida. En caso de que haya en la tierra algún explosivo, el artefacto debería quedarse en la zona de arriba y la tierra debería caer de nuevo al suelo. Esta actividad se realiza varias veces para asegurar que ningún explosivo ha sido devuelto a la tierra.J. I. MotaAnwar, una de las jóvenes que detectan explosivos. Estudió Filología Inglesa en la Universidad de Basora y tiene 27 años. La pasión por este trabajo se la inculcó su padre, que trabajó en los años 90 detectando minas marinas.J. I. MotaDikra es ingeniera eléctrica, pero no encuentra empleo dentro de su gremio. Tiene 23 años y su objetivo con este trabajo es ayudar a limpiar su ciudad de explosivos.J. I. MotaEl hogar donde vive Nasr junto a su familia, de 20 miembros está situado en el asentamiento Talibiyah, donde viven unas 600 personas y solo se puede llegar en bote. Este lugar está a solo unos metros de la zona donde trabaja AKAF. Las familias llevan años sufriendo el problema de los explosivos en la zona.J. I. MotaEl joven Nasr subido en su bote, que utiliza con destreza para desplazarse por los diferentes asentamientos situados a la orilla del conocido río Shatt al Arab.J. I. MotaHajji Nabjan con su kufiyyah blanca y negra, atuendo habitual en el sur de Irak, fuera de su casa mirando hacia el río. Nebjan asegura estar muy satisfecho con el trabajo de AKAF en la zona y espera que se limpie todo pronto para poder utilizar las tierras para el cultivo.J. I. MotaParte de la familia de Hajji Nebjan posa para una foto fuera de su casa. La familia se queja de que no tienen agua potable, electricidad, escuelas ni ningún apoyo del Gobierno. La única fuente de ingreso para esta familia de 20 miembros son sus animales.J. I. Mota