
La lucha contra la violencia machista en pandemia, desde dentro del juzgado
11 fotosAsí combate una sala de Valencia los casos de maltrato entre mascarillas, mamparas y declaraciones por videoconferencia
Sueca
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1Acceso al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 y Violencia sobre la Mujer de Sueca, con un dispensador de gel para frenar la covid. El equipo no ha vuelto a juntarse en la misma habitación en persona desde antes del confinamiento. Resuelven por videoconferencias y con teletrabajo. Todos lamentan la pérdida del contacto personal con las víctimas. Mònica Torres -
2El magistrado José Luis Mendoza, en su despacho en el juzgado de 1º Instancia e Instrcción 4 de Sueca (Valencia).Mendoza arranca la mañana con una reunión en línea con los integrantes de su equipo, que le hablan desde otras habitaciones del mismo juzgado o desde otros edificios. Repasan incidencias y los casos del día. Mònica Torres -
3En el ordenador, una de las pantallas del sitema Viogén, la herramienta policial donde aparecen las mujeres que tienen seguimiento y el tipo de riesgo que corren. Mònica Torres -
4Una funcionaria coloca los archivos en la parte de atrás de la sala donde trabaja parte del equipo del juzgado. Mònica Torres EL PAÍS -
5Desde marzo, combinan trabajo presencial y teletrabajo. Antes del confinamiento creyeron que se habían contagiado porque una abogada dio positivo. Todos usan mascarillas y guardan la distancia de seguridad. Mònica Torres -
6La pandemia ha reducido al mínimo la presencia en el juzgado, donde se han tomado medidas de seguridad similares a las puestas en marcha en otros edificios públicos. Hay carteles, gel y bancos precintados, como este que está en la sala de espera del juzgado, en la planta tercera. Mònica Torres -
7Hay una mampara en el acceso al juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Sueca (Valencia), situado en la tercera planta del edificio. El coronavirus ha restringido mucho el acceso. La mayoría de las declaraciones y reuniones se hacen por videoconferencia. Mònica Torres -
8A apenas 100 metros del juzgado está la oficina de atención a las víctimas, que atiende el educador social Agustí Sapinya. Sapinya tiene la barba blanca y la voz calma. Es como un lazarillo para ellas: “Hay mucha tensión, mucho miedo”. Mònica Torres -
9Lidia (nombre supuesto) es atendida por el educador social. En octubre denunció a su exnovio y en un día se celebró el juicio rápido. Tiene una orden de alejamiento hasta 2023 por amenazas, lesiones y stalking (hostigamiento). Mònica Torres -
10Las víctimas declaran desde una sala habilitada en la ludoteca municipal, a 600 metros del juzgado. El Ayuntamiento de Sueca la cedió por problemas de espacio en la pandemia. El magistrado y su equipo están muy preocupados porque el acuerdo de cesión termina en enero, y no saben dónde van a atender a las mujeres a partir de entonces. Al fondo, una mujer con su abogado Mònica Torres -
11El educador social Agustí Sapinya atiende a las mujeres que van a declarar junto con la psicóloga Amparo Molina. De espaldas, Rocío, que ha venido a retirar la denuncia a su expareja. "Desde marzo no se nada de él. El 26 me agredió y el 27 se fue de casa", le dice a Sapinya. Él responde: "Si vuelve o te dice algo, puedes volver a denunciar" Mònica Torres