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¿Por qué los niños españoles no pueden salir a la calle durante el confinamiento?

Heike Freire, pedagoga y psicóloga ambiental, lanza una campaña en Internet en la que pide que los menores puedan estar al aire libre de manera organizada y por un tiempo limitado

Un niño juega en un parque comunitario.
Un niño juega en un parque comunitario. getty
Carolina García

Los niños llevan sin colegio desde el 12 de Marzo en comunidades como, por ejemplo, Madrid, lo que significa que llevan encerrados en casa más de dos semanas. No pueden salir a la calle desde entonces, y son muchos los que critican que no se les ha tenido en cuenta a la hora de organizar el confinamiento por la crisis del coronavirus. “Cuando salió el decreto del Estado de Alarma me quedé en shock. Se hablaba de que los perros podían salir hasta en tres ocasiones y ninguna los niños. Y no es por minusvalorar a estas mascotas, sino porque los niños también tienen derechos”, asegura Heike Freire, experta en innovación educativa y defensora de los derechos de la infancia. Y con este pensamiento decidió lanzar una campaña en Change.org para conseguir que los menores puedan salir a la calle durante el confinamiento de forma “ordenada”.

En la iniciativa, que lleva reunidas ya 35.000 firmas, la promotora insiste en que hacen esta solicitud “con todo el respeto a las medidas adoptadas por el Gobierno”. “Estuve revisando la postura de varios países como Alemania o Suiza, entre otros, y descubrí que permiten un tiempo al aire libre para los niños, a los que les otorgan el derecho de jugar porque tienen y deben hacerlo. Por ejemplo, en las barriadas alemanas suelen tener en el centro un espacio común y se ha pedido que los vecinos se organicen para que los menores puedan ir a jugar, mantiendo, claro está, la distancia de seguridad. Hay otros países, como Francia, que incluso permiten a los más pequeños salir una hora a la calle”. “Y en cambio, aquí, en España tenemos edificios que tienen azoteas o patios y en vez de organizarnos, se prohíbe usarlos”, incide la experta.

Para conseguirlo, “lo que se necesita es un marco global por parte del Gobierno que reconozca a la infancia y la necesidad vital que tiene de estar al aire libre”. Para ella, lo importante es que los niños consigan salir a la calle de forma organizada, "cosa que dependerá de cada lugar”, prosigue, “pero es que ahora mismo, se está prohibiendo incluso que gente que vive en el campo salga a caminar por un sendero donde no va a encontrarse con nadie”. Una situación que, para la experta, dista de ser normal: “Incluso la Organización Mundial de la Salud dice también que es necesario pasar al aire libre un mínimo de 30 minutos si eres adulto, mientras que para un niño recomienda un mínimo de una hora”.

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La propuesta de la experta es que las personas que lo necesiten (y especialmente la población infantil), puedan usar el espacio comunitario de sus viviendas. Por supuesto, que esto se haga organizando turnos o condiciones de uso, para que se cumplan rigurosamente las medidas de prevención de la Covid-19. No dejarles salir en este tiempo puede tener consecuencias en la salud mental y física de los más pequeños. “Los efectos colaterales para la infancia pueden ser muchos”, prosigue. “¿Qué queremos? ¿Tener a los niños inmunodeprimidos también?”.

En su petición, Freire puntualiza que la aplicación extrema y desproporcionada de las medidas preventivas del contagio de la Covid-19 puede generar daños colaterales en otras dimensiones importantes de nuestra salud: "En estas dos semanas no he visto un solo niño; da la sensación de que han dejado de existir. Me pregunto cómo están viviendo los niños que sus padres y madres estén asustados; cómo afectará a sus padres, tensos por la situación actual, ver que no pueden mantener sus actividades cotidianas, ni estar con sus amigos y familiares. Además, muchos niños no van a tener exposición a la luz solar, y su actividad física está notablemente mermada”, insiste.

"En definitiva, lo que más me preocupa es el efecto que pueda tener este aislamiento obligado en esa población tan vulnerable. Y me preocupa que, desgraciadamente, en las medidas adoptadas por el Gobierno no se contemplen de manera específica sus necesidades, como sí se hace con las mascotas”, reitera Freire.

Freire crítica la idea que tenemos nosotros mismos de ser unos irresponsables y de que los niños son unos descontrolados: “No es verdad. Los niños y niñas están viviendo el confinamiento mejor que nosotros, son responsables. Y si no lo somos (o lo son), todos tendremos que aprender esa responsabilidad. Y desde luego con prohibiciones como esta no lo vamos a aprender”.

La experta explica que nos tenemos que olvidar de la idea de que esta pandemia es un niños contra viejos: “No es cierto, busquemos un sistema en el que predomine el bienestar de todos. Seamos conscientes y luchemos por la prevención y cuidado de la salud de nuestros hijos e hijas. Son nuestro futuro, el de todos, también el de los que no se acuerdan de ellos”.

Freire asegura que seguirá esforzándose y “contactando con las autoridades para conseguir este cambio". Sin embargo, y de momento, no se ha producido avance alguno en este aspecto.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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