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Belleza con efecto bumerán

Las blancas ejecutan una combinación perfecta en apariencia; pero, cuando parece que ganan, pierden

Leontxo García

BLANCAS: Ta4, Ta1, Cc4, Ae3, Df3, Af1, Rg1; peones en a5, b4, c3, e4, f2, g2 y h3.

NEGRAS: Ta8, Af8, Rg8, Dc7, Td7, Ae6, Ch5; peones en a7, b7, c6, e5, f7, g6 y h7.

Jugar al ajedrez y disfrutar de él es fácil, está al alcance de cualquier persona, sea cual sea su nivel intelectual. Otra cosa es jugar muy bien, alcanzar un nivel que permita vivir del dinero que se gana compitiendo en torneos. Es probable que llegar ahí requiera nacer con unos genes dotados para ello, además de un entrenamiento durísimo y prolongado durante muchos años.

Quien condujo las blancas en 1993 en la partida de este vídeo, Marco Thinius, es un aficionado fuerte, de 2.300 puntos Elo. Su rival, Valeri Beim, de 2.500, estaba en ese momento en la frontera de quienes iban de torneo en torneo y debían ganar hoy para poder comer mañana. La belleza de lo que producen y su utilidad didáctica es equiparable a lo que hemos disfrutado con las grandes estrellas. Thinius cree que ha encontrado una combinación muy hermosa; de hecho, lo es, pero también es errónea y perdedora, como Beim demuestra con exactitud.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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