El control del centro

Un principio básico del ajedrez es controlar el centro. Tradicionalmente, esto consistía en tratar de ocupar las casillas centrales. Sin embargo, los planteamientos modernos tienden a querer dominar el centro desde los extremos del tablero. Algo así encontramos también en la política: partidos que supuestamente aspiran a gobernar y que hablan de transversalidad y moderación, desarrollan sus discursos desde posiciones cada vez más extremadas. Diré que, en ajedrez, esto convierte la batalla ideológica por las filas centrales en una pelea enconadísima sobre ambos flancos, en mitad de la cual los peones tratan de encontrar su sitio dentro de una estructura que les es extraña y que rompe su tradicional unión, aislándolos y asfixiándolos sin poder coordinarse, organizarse y avanzar hacia situaciones ventajosas para el conjunto. Solo añadir que para jugar con éxito este tipo de aperturas hace falta un destacadísimo talento; un jugador mediocre termina por entregarle la partida al rival, con su bando destrozado tras unos pocos movimientos.

David Barbas García, Pamplona.