En el Día Internacional del síndrome de Asperger
Vivir y crecer con el síndrome de Asperger puede resultar muy duro. En los últimos años he tenido que abandonar varios estudios superiores debido a prejuicios de algún profesor y acoso de algún compañero que han hecho que en muchas ocasiones me sintiera solo e indigno. Pero hay que utilizar la frustración y la rabia que nos produce la derrota como motivación para mejorar. Uno de los aspectos más positivos de las personas con síndrome de Asperger es que cuando nos interesa un tema, nos volcamos en él hasta que nos convertimos en auténticos expertos; eso podemos rentabilizarlo. Es lo que he hecho yo. Quiero animar a todas las personas que son tildadas de diferentes y raras, y que sufren discriminación por ello, a no rendirse por desesperada que parezca la situación y a trabajar duro para desarrollar sus talentos, que es así como se alcanzan los grandes logros.
Lucas Hernández Romero. Zaragoza
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