El legado de los mayores en la cocina de los hermanos Torres
Los cocineros desvelan en el proyecto 'Miradas con alma', de "la Caixa", su filosofía de vida haciendo hincapié en la importancia y el respeto que le guardan a las personas mayores
Para los hermanos Torres, las esencias del bienestar permanecen encapsuladas en las largas tardes de un pasado remoto. Pelando guisantes, haciendo torrijas o recogiendo espárragos, Javier y Sergio Torres, participantes en el proyecto Alma de "la Caixa", con el que se busca mirar y hablar de otra forma de la realidad social, descubrieron a los 8 años su vocación por la cocina. Desde entonces, el legado de su abuela Catalina actúa como una huella indeleble en su forma de concebir la vida… y la cocina.
Físicamente son como dos gotas de agua. Y coinciden igualmente en una idéntica filosofía de vida, cuyo referente es el afecto y la atención permanente hacia las personas mayores. Los hermanos Torres comparten también miradas con alma. Hablan de lo social con optimismo. Con autenticidad.
Javier y Sergio Torres se reúnen en un viaje a través de la memoria. No hace falta preguntar mucho. Se nota la poderosa influencia de la abuela Catalina. “A nosotros siempre nos han educado en el respeto hacia las personas mayores. Ellos nos han brindado la oportunidad de estar en este mundo y, a través de lo que nos enseñan, de ser mejores o de hacerlo mejor que su generación”, apuntan los hermanos en un texto conjunto titulado La receta de los años y que se puede encontrar en la web de Alma. “Y es crucial que, como sociedad, aprovechemos ese legado que nos dejan. Desde el mundo de la gastronomía, por ejemplo, nos interesa que los productores tengan mucha experiencia. De hecho, nuestros proveedores de setas, caza, trufa, etc., son personas mayores, con experiencia y sabiduría, que se sienten muy realizados haciendo lo que les gusta”.
La devoción de Javier y Sergio por las personas mayores comienza 42 años atrás. “Nuestra infancia está llena de aromas, olores y de los recuerdos de compartir mesa con toda la familia. Fue nuestra abuela Catalina la que nos contagió la pasión por la cocina y sus valores”, dicen los hermanos. La influencia de la abuela, cuentan en el proyecto miradas con alma, no solo despertaría su temprana vocación por la cocina; definió también sus identidades, su actitud vital. “Incluso hoy en día, la memoria y los recuerdos de nuestra infancia nos ayudan a definir nuestra cocina y nuestra identidad: los canelones de la abuela, unas vieiras gratinadas buenísimas, sus caldos… En todos los campos de la vida, la transmisión de conocimientos de una generación a otra es fundamental”, indican estos dos grandes referentes de nuestra cocina.
España es el tercer país con la esperanza de vida más alta del mundo (83,1 años), según la OMS. “Por eso”, dicen los hermanos, “que el Programa de Personas Mayores de ”la Caixa” tenga la iniciativa de hacer, entre otras muchas cosas, unos talleres de alimentación saludable para personas mayores nos parece una idea fantástica”. Porque ser mayor en 2020 ya no es como antes. “Nuestro padre tiene 77 años y no lo pillas caminando. Se cuida y está hecho un chaval. Para tener una buena calidad de vida a esa edad es fundamental cuidar la alimentación, hacer ejercicio. También ayuda cocinar, en la medida de las posibilidades e intereses de cada uno”.
Entre la espectacular audiencia televisiva de los hermanos Torres las personas mayores han tenido una importancia activa fundamental. “Son las que más nos lo agradecen. Muchas nos han dicho que, a través a nuestro programa, por ejemplo, recuperaron la ilusión de cocinar. Y eso es muy bonito. Porque la cocina te hace pensar, organizarte, calcular proporciones… Te hace moverte y te relaja a la vez. Para las personas mayores, cocinar implica ir al mercado, interactuar con la gente, irse a pasear al campo a recoger hierbas…".
Y para las personas mayores guardan Javier y Sergio Torres sus mejores consejos en lo que mejor saben hacer: “Hay que comer sano y variado. La llamada dieta mediterránea es ideal. Es importante consumir productos frescos. Hay que comer de todo, pero con equilibrio, con cabeza; sobre todo, legumbres, ensaladas, verduras, cereales y frutas enteras. Recomendamos también beber mucha agua, hacer más comidas de menos cantidad, y comer y cenar pronto. Lo que hay que evitar es la bollería industrial y todas las bebidas azucaradas. En definitiva, todo lo que venga industrializado”.