Sobre el narcisismo político
En su esencia, un político debería ser aquel encargado de velar por el pueblo y sus intereses, buscar la mejor manera de aplicar la responsabilidad que los ciudadanos le otorgamos y gobernar, ya sea en solitario o en coalición. En los últimos cuatro años hemos tenido cuatro elecciones generales —las dos últimas, este año— y nuestros líderes políticos no han sabido aún ponerse de acuerdo. Estamos, para mí, ante uno de los mayores males de la política: el “narcisismo político”. Nuestros políticos no están sabiendo salir de lo que ellos quieren, de lo que ellos piensan, de los que ellos pretenden. No se están sabiendo escuchar, no están sabiendo pactar, no están sabiendo salir de su propio ego para optar por lo que al país le conviene, y hacer su trabajo, gobernar. Sin embargo, ¿qué les podemos reclamar? Si ni siquiera nosotros sabemos dejar de mirarnos el ombligo y pensar en un bien común.
Nicolás Ezequiel Politi. Barcelona
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