Gran joya de Kaspárov
El dinamismo a ultranza es una gran cualidad de quien muchos consideran el mejor de la historia
Ver desde muy cerca cómo Gari Kaspárov analizaba una posición durante sus veinte años consecutivos como número uno era un gran espectáculo, además de un privilegio enorme. Todo su cuerpo, y especialmente las manos y el semblante, reflejaba sus emociones: si sentía que la posición era ganadora, incierta, perdedora, aburrida o apasionante. Y su prioridad siempre estaba clara: insuflar a sus piezas el mayor dinamismo posible, aunque fuera al precio de sacrificar material. Algo parecido a lo que hace desde el pasado enero Magnus Carlsen, muy influido por el estilo revolucionario del programa AlphaZero.
La partida que glosa este vídeo es una obra maestra de ese tipo de ajedrez, con el importante matiz de que se disputó hace treinta años, cuando el mejor jugador inhumano, Deep Blue, era un monstruo del cálculo con solo pequeños destellos de virtuosismo estratégico. El furibundo ataque con las piezas negras frente al pujante joven holandés Jeroen Piket en el torneo de Tilburg es una de las mejores joyas de la vasta colección de Kaspárov.
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