_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tranquilo

Hago muy buenas acciones al cabo del día para contrarrestar los pensamientos horribles. Para disimular que soy un misántropo

Juan José Millás
Ese tipo que se encuentra en el extremo de la barra, ¿estará dándole vueltas también al modo de acabar con alguien?
Ese tipo que se encuentra en el extremo de la barra, ¿estará dándole vueltas también al modo de acabar con alguien?Getty Images

Yo no soy como pienso. De hecho, pienso todo el rato cosas horribles, tan horribles que ni siquiera me atrevo a enumerarlas. Pero luego, en la realidad extramental, soy un tipo dócil, contemporizador, dispuesto a darle la razón a todo el mundo, no por cortesía, sino porque todo el mundo la tiene. Incluso cuando dicen disparates, llevan un poco de razón si piensas en lo que han sido sus vidas, de modo que asiento con la cabeza mientras imagino la forma de matarlos. Ese tipo que se encuentra en el extremo de la barra, consumiendo lentamente una cerveza, ¿estará dándole vueltas también al modo de acabar con alguien?

Me ha sentado algo mal, tengo el estómago revuelto. Intento, pese a ello, poner en marcha pensamientos misericordiosos. Ayer por la noche, en la tele, salió un anuncio según el cual, si enviabas un mensaje con la palabra “HAMBRE” a determinado número, dabas de comer durante varios días a un niño de algún lugar de África. Me quedé con el número, de modo que saco el móvil del bolsillo y ejecuto esa buena acción. Hago muy buenas acciones al cabo del día para contrarrestar los pensamientos horribles. Para disimular que soy un misántropo.

Cuando escuché por primera vez esta palabra, misántropo, y me enteré de su significado, pensé que eso era lo que me ocurría a mí, que odiaba a la humanidad, lo que significaba que me odiaba a mí mismo. Tengo muy mal concepto de mí mismo. Tal vez me comporto de forma amable con la gente para disimular la basura que llevo dentro. Me duele esa basura y me duele la humanidad, así que pongo otro mensaje con la palabra “HAMBRE” al número consabido y parece que me quedo más tranquilo. El tipo del extremo de la barra acaba de sacar su móvil, quizá para lo mismo que yo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_