Para ir al trabajo, ¿traje o pantalón chino?

El atuendo de los empresarios y emprendedores siempre ha sido un indicador del espíritu de los tiempos. Las camisas de vestir con cuello blanco de los yuppies de los ochenta, los trajes a medida de la city londinense en los noventa o los revolucionarios en vaqueros y camiseta de Silicon Valley en los dosmiles dicen mucho acerca de los valores y la forma de vida de sus portadores.

¿Qué mensaje contiene entonces el pantalón chino, la prenda estrella de los nuevos emprendedores? La nueva campaña de Dockers, la firma que puso de moda sus cómodos pantalones de algodón y los convirtió en la prenda más emblemática del casual friday, apunta una respuesta. Y lo hace en forma de un cortometraje de un minuto de duración en el que un joven despierta en su apartamento-oficina, mira el plan de negocio apuntado en su pizarra y se dispone a ponerse unos Dockers cuando su traje de oficina, celoso y furioso, se lía a porrazos con él.

Comienza una pelea cinematográfica que se salda con la victoria del pantalón chino sobre el traje; una metáfora muy elocuente acerca del devenir de los tiempos y de la consolidación de un código flexible que va más allá de las etiquetas. “Actualmente, la generación millennial percibe el mundo lleno de oportunidades siempre y cuando se tenga una mentalidad emprendedora, mientras que el traje representa la convención y tradición”, explica Joan Calabia, Brand Marketing Director de Dockers Europa.

El pantalón chino no es tan casual como unos vaqueros ni tan formal como un pantalón de vestir, y ahí reside su atractivo para las nuevas generaciones de emprendedores. De ahí que es eslogan asociado a esta nueva campaña sea #Youdontneedasuit (“No necesitas un traje”). Dockers, autoridad en pantalones chinos desde 1986, ha incorporado la innovadora tecnología Smart 360 Flex, con cintura elástica y un tejido que se adapta mejor al movimiento. Incluso al de una pelea a muerte con un traje rencoroso.