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Cómo se forman los aspirantes a policía

Los candidatos tienen que superar una dura oposición, un curso de formación y un módulo de prácticas

Alumnos de la Academia de Policía de Ávila.
Alumnos de la Academia de Policía de Ávila.

Indistintamente de si se hace por vocación o por otros motivos, entrar en el Cuerpo Nacional de Policía es una tarea titánica. El primer paso es cumplir con los requisitos previos y después pasar una durísima oposición; un curso de formación (nueve meses) y un módulo de prácticas (un año). El sueldo base de un policía en Madrid ronda los 1.650 euros; esta cifra es para los recién salidos de la academia, desde el gremio señalan que no hay dos nóminas iguales y que ser "poli" no está bien pagado.

Además de las pruebas de acceso, duras y que muchas veces no se aprueban a la primera, hay otros requisitos en juego para obtener la placa. Es condición sine qua non ser español, tener 18 años y no exceder de la edad de jubilación, ser bachiller (para los candidatos a entrar en la escala básica, categoría de policía) o tener una licenciatura o grado (para los que optan a la escala ejecutiva, categoría de inspectores); no tener antecedentes penales, estar en posesión del permiso de conducción de la clase B y medir, al menos, en el caso de las mujeres 1,60 y en el caso de los hombres, 1,65 metros.

Si lo cumple y tras la instancia correspondiente y pago de tasas (15,27 euros) "le espera una difícil oposición compuesta por cuatro pruebas físicas, de conocimiento general [con muchos y diversos temas de derecho], otra de ortografía y una entrevista personal. Todas y cada una de las pruebas son eliminatorias y las notas no se guardan para otro año", explica Jesús Marín, comisario principal, jefe de área de Procesos Selectivos de la División de Formación y Perfeccionamiento de Policía Nacional.

No hay lugar para el error

Las pruebas y requisitos pueden variar de una convocatoria a otra y son distintas para policías de base e inspectores, a excepción de las de aptitud física. Los primeros deberán estudiarse un temario de 41 temas y de 71 los inspectores. El comisario Marín, con 35 años de carrera a sus espaldas, se presentó directamente a la escala ejecutiva. "No se puede fallar en ninguna prueba. Hay que estudiar y entrenar las físicas".

Aspirantes, noveles y veteranos, consideran conveniente prepararse en academia. "En el mercado hay muchas y también mucho intrusismo. Es necesario ofrecer una preparación profesionalizada", advierte Andrés Ramos, inspector en excedencia con más de 20 años en la Policía y director de la academia Depol, que ofrece cursos presenciales (100 euros mes y 120 euros los manuales) y online.

"Desde nuestra experiencia hay que dedicar a la oposición entre cinco y seis horas diarias y se tarda una media de dos o tres años en aprobarlas. El 20% abandona", añade. La tendencia se repite desde hace años; lo que cambian son las anécdotas personales. "Cuando yo me presenté ibas solo a las pruebas y ahora los aspirantes van acompañados de familiares y amigos, que les dan apoyo y animan, y que en las pruebas físicas al aire libre tienen su hinchada", cuenta Marín.

Este año y según recoge el BOE en una resolución del 30 de mayo de 2019, desde la Dirección General de la Policía se convocan 2.506 plazas de aspirantes a ingreso en la escala básica de la Policía, y otras 100 para categoría de inspector (resolución de 19 de junio). Para optar a las plazas "se han cursado unas 40.000 instancias", apunta el inspector Marín. El examen físico comenzará en la segunda quincena de septiembre en la Escuela Nacional de Policía de la División de Formación y Perfeccionamiento, con sede en Ávila, y las sedes de Palma de Mallorca o Las Palmas de Gran Canaria.

El perfil y las motivaciones de los candidatos a policía son muy variados. "Hay médicos, informáticos, arquitectos, psicólogos ingenieros, biólogos e incluso periodistas; hay aspirantes muy jóvenes y otros de edad madura; hay gente muy vocacional, vocaciones tardías y otros que, con la crisis, quieren asegurarse un empleo estable, y cada vez hay más mujeres", reconoce Marín. Cerca del 23% de los opositores en la escala básica de 2018 eran mujeres y este año el porcentaje se eleva en torno al 25%. En la escala ejecutiva "son más, alrededor del 40% y además aprueban más".

En 2019 se cumple el 40º aniversario de la incorporación de la mujer a la Policía. Alexandra Martínez es una de ellas. Terminada su estancia en la Escuela de Ávila y el módulo de prácticas estrena destino en la División de Formación. En la Policía hay cinco ramas, cada una de ellas con numerosas subdivisiones: información, policía judicial, seguridad ciudadana, extranjería y policía científica.

Martínez, doctora en Psicología, cuenta que lo que más la motivó a entrar en el cuerpo policial fue "la vocación de ayuda a los demás y también los temas de maltrato y violencia de género". Recuerda con "enorme cariño" su etapa de formación e internamiento en Ávila, con horario estricto, disciplina férrea y guardias. "A la tercera fue la vencida y pasé. En la primera me fallaron los temas jurídicos y tuve que ponerme las pilas, además había mucha y buena competencia y pocas plazas. Con trabajo y tesón estaba segura de que antes o después lo iba a sacar".

Para ella "la ilusión que tenía fue superior a cualquier contratiempo, nunca pensé abandonar, ni recuerdo nada que se me hiciera especialmente duro, ni siquiera compartir habitación con tres compañeras más, aunque el ritmo era fuerte y los exámenes difíciles". Hoy afronta como un desafío profesional y con la misma ilusión su destino, no teme situaciones de machismo o discriminación por ser mujer. "Es un estereotipo. Yo no he tenido ninguna situación comprometida. Policías, hombres y mujeres, somos profesionales con un mismo objetivo", asegura.

Pruebas de fuego

La primera criba con la que se enfrentan los candidatos a policía son las de aptitud física, en las que se mide velocidad (carrera de 100 metros), resistencia (carrera de 1.000 metros), agilidad y otros con tiempos y requisitos mínimos para hombres y mujeres. La obtención de cero puntos en cualquiera de ellas supone la eliminación y se deben lograr al menos cinco puntos de media. En cualquier momento se pueden realizar análisis de dopaje.

Conocimiento y ortografía componen la segunda prueba que se realiza en dos partes eliminatorias y uno o dos meses después de las pruebas físicas, generalmente en diciembre. La primera es un test de 100 preguntas, relacionado con el temario. Los errores penalizan y se deben obtener al menos 50 puntos. La capacidad ortográfica también se evalúa en una prueba escrita.

La tercera prueba, en marzo o abril del año siguiente a la convocatoria, también está distribuida en tres partes eliminatorias: reconocimiento médico, entrevista personal y test psicotécnico para determinar las aptitudes para el desempeño de la labor policial. En la entrevista, profesional y personal, se comprueba la idoneidad del aspirante teniendo en cuenta factores que tienen incidencia directa en la función policial como la socialización, comunicación, motivación, rasgos de personalidad y clínicos, o cualidades profesionales. En cada una de las tres el aspirante es declarado apto o no apto.

Quienes superen la fase de oposición son nombrados policías-alumnos y se incorporan a la Escuela de Formación en Ávila, generalmente en septiembre del año siguiente a la convocatoria. Allí deberán aprobar todas y cada una de las asignaturas con una nota media mínima de cinco puntos. Superado el curso pasan al módulo de formación práctica en el puesto de trabajo que determine el centro. Se necesitan al menos otros cinco puntos para obtener la placa de policía.

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