Epidemia de ruido
Vivimos en una sociedad en la que el ruido se ha normalizado. Hay personas que no saben conducir un coche si la radio no está encendida, que no saben comer sin el ruido de la televisión y que no pueden dormir sin los cascos puestos. Nos estamos convirtiendo en zombis. El ruido está inutilizando personas, anulando conversaciones de sobremesa, censurando revolcones en el sofá y pudriendo una generación que tan solo te mira si eres una pantalla brillante. Utilizamos el ruido como excusa para no vivir nuestras propias vidas. Tal vez, si paráramos por unos segundos y escucháramos el silencio —porque existe—, nos daríamos cuenta de que es el único que nos habla de nosotros. Quizá al principio no nos gusta lo que nos dice, pero con un poco de práctica, en unos días estaremos encantados de haberle conocido.
Laura Tévar Martínez. Yecla (Murcia)
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