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Daniel de Suecia ha tenido un gesto noble con una deportista sueca. Más noble aún es el hecho de que él mismo no lo haya querido hacer público, y que haya sido ella —seguramente con el permiso de la familia real sueca— quien haya querido difundirlo. Maria Rooth es una veterana jugadora de hockey sobre hielo que ha disputado más de 260 partidos oficiales, participó en Juegos Olímpicos y que acabó su carrera profesional en 2010, para después montar una escuela para jóvenes jugadoras, campamentos de verano por los países Bálticos e incluso una marca de ropa deportiva para chicas. 

Rooth es toda una estrella del hockey, de ahí que a principios de 2018 la invitaran a participar en la inauguración de una pista de hielo en Ockelmo, una ciudad a dos horas al norte de Suecia. A dicha inauguración acudió también el príncipe Daniel, esposo de la heredera al trono sueco, Victoria, con quien tiene dos hijos, Estela y Oscar. Al parecer, ambos coincidieron allí con otras "viejas leyendas del hockey sobre hielo", y de hecho ambos se hicieron una foto juntos luciendo sus nombres en sus respectivas camisetas, tal y como ha explicado y mostrado Rooth en una publicación de Instagram. 

Sin embargo, el príncipe Daniel pareció olvidar u obviar ese detalle en el clásico repaso anual que suelen hacer las familias reales cuando el año termina. "En una secuencia, el príncipe Daniel expresó su alegría por jugar con 'los chicos'. Muchos a mi alrededor reaccionaron a ese comentario, porque también nos invitaron a dos chicas", relata Maria Rooth.

Fue el propio Daniel el que decidió ponerse en contacto con Rooth para pedirle disculpas por haber obviado a la jugadora en ese resumen. "Suena el teléfono. '¡Hola, es el príncipe Daniel!'. Me paro en el hielo con mis hijas", ha contado la jugadora sobre el shock que le supuso que este miembro de la familia real sueca se pusiera en contacto con ella. "Al teléfono, el príncipe Daniel suena arrepentido y siento que habla en serio cuando se disculpa. Está avergonzado". 

Para Rooth, la llamada de Daniel es un gesto que le honra. "Creo que eso es exactamente lo que nos hace avanzar. Todos terminamos en situaciones en las que las normas nos controlan inconscientemente. Así es como funcionan las normas, como un viejo hábito. La diferencia está en el momento en el que tienes el coraje para disculparte, para reflexionar. Creo que es precisamente esta idea gracias a la que resolveremos normas y estructuras obsoletas", reflexiona Maria Booth. "Gracias príncipe Daniel por tu coraje. Así es como lo hacemos juntos".