Korchnói-Kaspárov, combate memorable
El veterano campeón sin corona y el joven arrollador crean una lucha de excepcional calidad y riqueza
Blancas: Ta1, Ac1, Dd1, Tf1, Ag2, Ca3, Cc3; peones en a4, b2, d5, e2, f2, g3 y h3.
Negras: Tb8, Ac8, Dd8, Te8, Ag7, Ce5, Ch5; peones en a6, b7, d6, c5, f7, g6 y h7.
Los sismógrafos de Bakú (capital de Azerbaiyán) registraron un pequeño terremoto el 13 de abril de 1963, día del nacimiento de Gari Kímovich Kaspárov en esa ciudad caucásica a orillas del Mar Caspio. Tal coincidencia fue después un acertado recurso literario. Terremoto es un buen vocablo para definir el estilo de aquel joven impetuoso, cuya adolescencia no se limitó al ajedrez: fútbol, carreras de velocidad, natación, inglés intensivo (además de ruso y azerí), historia y literatura fueron los principales elementos de una educación minuciosamente controlada por su madre, la armenia Clara Shagenovna Kasparián, viuda desde 1970 (su marido, judío, murió de cáncer) y dedicada en cuerpo y alma a convertir a su hijo en campeón del mundo.
Aunque el camino para lograrlo (en 1985, a los 22 años) fue durísimo, Kaspárov ya deslumbraba a los 18, como se aprecia con gran intensidad en la partida de este vídeo, frente al insigne y temible Víktor Korchnói, doble subcampeón del mundo ya entonces, en la Olimpiada de Lucerna (Suiza) de 1982. El futuro rey desarrolla un furibundo ataque con negras, sacrificando una pieza durante siete jugadas consecutivas, frente a uno de los mejores defensores de la historia. Es como si el tablero temblase en un terremoto que solo acaba con la rendición del ilustre gladiador.
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