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Bill y Melinda Gates, 25 años de matrimonio, risas y millones

El fundador de Microsoft asegura que están equivocados quienes piensan que las grandes decisiones siempre las toma él

Bill y Melinda Gates, antes de ser galardonados con la Legion de Honor, en París (Francia) en 2017.
Bill y Melinda Gates, antes de ser galardonados con la Legion de Honor, en París (Francia) en 2017. GTRESONLINE
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Bill y Melinda Gates celebran sus bodas de plata. “Veinticinco años y tres niños después, seguimos riéndonos a carcajadas”, afirma Melinda en un cariñoso mensaje en Twitter dirigido a Bill para felicitarle en el aniversario. El tuit lo acompaña con una foto en blanco y negro tomada en el momento en el que cortan la tarta nupcial el día de Año Nuevo de 1994. Él le responde breve y directo: “No puedo esperar a pasar otros 25 años riendo juntos”. La instantánea, sin embargo refleja el perfecto tándem que forman.

Pero hay más detrás de esa carcajada limpia que Melinda revela en un vídeo que ha colgado en su cuenta en Facebook. El genio de la informática tiró rápido de una fórmula matemática para cortar la tarta en porciones perfectas y asegurarse así de que todos los invitados recibían un trozo. Pero como cuenta Melinda, justo en ese momento, se dieron cuenta de que la tarta tenía un cartón justo en medio y que se olvidó de decírselo. “Me reí tanto que no podía hablar”, añade al explicar el motivo de la carcajada.

Melinda Gates y Bill Gates el día de su boda, en 1994.
Melinda Gates y Bill Gates el día de su boda, en 1994.Twitter

Melinda French empezó a trabajar para Microsoft recién graduada por la Universidad de Duke. Faltó tiempo para que su jefe se acercara a pedirle una cita, durante un picnic organizado por la compañía. A la madre no le hacía gracia que tuviera una relación sentimental con el principal ejecutivo. Pasaron siete años hasta que se casaron en el Manele Bay Hotel en Maui.

La pareja tiene tres hijos, gestiona bajo su nombre la mayor organización benéfica del mundo dedicada a salvar vidas y poseen una de las mayores fortunas del planeta, con un patrimonio de 93.300 millones de dólares (81.800 millones de euros). Bill Gates controla actualmente el 1% de las acciones de Microsoft, donde sigue ocupando un asiento en el directorio de la compañía que fundó con Paul Allen en 1975.

Melinda cuenta que lo que más le atrajo de Bill fue su mente brillante y su curiosidad. También su sentido del humor pero especialmente su generosidad. Hasta la fecha ha donado el equivalente a unos 36.000 millones de dólares en acciones a la Gates Foundation. Fue en un viaje a África, a finales de 1993, cuando decidió ayudar a los más vulnerables. “No era justo que tuviéramos tanta riqueza cuando miles de millones de personas tienen tan poco”, escribía la pareja en una de las cartas más recientes de la Fundación, en la que exponen sus objetivos.

Se casaron unos meses después de aquel primer contacto con la extrema pobreza. En esa misma misiva, cuentan que los padres de Bill les regalaron por el enlace una escultura de dos pájaros mirando al horizonte. La tienen en la entrada de su mansión en el exclusivo complejo de Medina, a las afueras de Seattle. La propiedad está valorada en 124 millones de dólares. Bill asegura que es Melinda la que encuentra siempre la manera para que pasen el mayor tiempo posible en familia. Cada uno de los hijos recibirá una fortuna en forma de herencia valorada en 10 millones de dólares. El resto se destinará a causas benéficas.

Melinda asegura que nunca están en desacuerdo para gestionar la fundación ya que comparten valores fundamentales, confían el uno en el otro y tienen una mentalidad abierta. Las discusiones suelen ser más bien tácticas. Bill dice que la gente asume que es él quien toma las decisiones por ser una figura pública y un hombre. “Pero nunca fue el caso”, como escribe en la última carta anual de la fundación. 

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