Doce años después de la guerra que durante 34 días se cobró la vida de 1.200 libaneses y 165 israelíes, la milicia proiraní de Hezbolá ha vuelto a desafiar al Ejército hebreo. En contraposición al de 2006, este es un conflicto soterrado, que ha emergido desde hace tres semanas en la frontera de la Alta Galilea, donde unidades del cuerpo de ingenieros han localizado y comenzado a destruir pasadizos subterráneos de ataque horadados desde el país vecino.