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“Los ‘millennials’ buscan en la librería lo que el móvil no consigue llenar”

La librera lleva desde 1980 manteniendo en Madrid una referencia para los aficionados a la literatura

La mirada de Lola es analítica y receptiva. De esas que permiten por igual callar y ser adivinado o hablar y ser interpretado. Un escalpelo perfeccionado a base de miles de lecturas con doble y paradójico filo: el de un lado, que abre la indecisión lectora, analiza los gustos inconcretos de sus clientes sobre qué leer y los interpreta; el del otro lado, que aprovecha la herida de la curiosidad literaria abierta para hurgar en ella y que nunca suture. Algo sabe del tema: desde 1980 está al frente de la librería Alberti, en Madrid, una aventura comenzada junto a otros dos socios y que Lola ha pilotado con maestría para convertirla en un santuario de los libros y en un referente para ver y escuchar a grandes y a pequeños, a clásicos y a novísimos, en sus reputados encuentros con autores.

La librera Lola Larumbe.
La librera Lola Larumbe.Carlos Rosillo

Pregunta. ¿Qué se puede hacer para que regalar libros no sea solo una cuestión para salir del paso?

Respuesta. No recurrir a la compra por impulso e ir a una librería independiente para dejarse aconsejar. El precio de los libros es fijo, igual en todos los lados, por lo que el comprador debe confiar en el librero, que le explique sin complejos ni miedos qué puede leer, a quién va dirigido ese libro. A veces parecemos pitonisas, pero aquí no hay magia, sino observación y experiencia.

P. Una pregunta tópica solo se salva con una respuesta inesperada. Así, ¿qué tres libros regalaría para estas próximas fiestas?

R. Pues mira, si quieres quedar muy bien con un regalazo, sin duda el tomo que sobre el Fausto de Goethe ha publicado Galaxia Gutenberg ilustrado por Miquel Barceló. También Las cosas como fueron, donde Tusquets recoge la poesía completa de Eloy Sánchez Rosillo, idóneo para aliviar la melancolía que, a veces, produce la Navidad. Y, finalmente, El alma del mar, publicado en Ático de los Libros. Se trata de un ensayo también curativo de Philip Hoare sobre las maneras en las que el ser humano se ha relacionado con el mar.

P. ¿Es un regalo para una librería que entre un millennial por su puerta?

R. ¡Uh, eso es una experiencia emocionante! A Alberti vienen millennials que provienen de familias lectoras que les han regalado una cuenta en la librería. Al principio parece no interesarles nada, todo lo miran de soslayo..., pero, a base de venir, se sueltan, y es cuando te das cuenta de que tienen una carencia que los móviles o la comunicación inmediata no consiguen llenar. Por eso hay que darles el libro bien envuelto y atractivo, comunicarlo debidamente para cubrir esa laguna.

P. ¿Qué echa de menos que ya no se regala?

R. Todo aquello que parece que ya no sirve para nada: papel bonito para cartas, cuadernos especiales... ¡Álbumes de fotos! Y un atlas geográfico o histórico, aunque ahora han sufrido un revival. Menos mal, porque parecía que el GPS se los había comido.

P. ¿Y qué pediría como regalo para las librerías desde las Administraciones?

R. Que la Ley de Contratos del Estado hiciera una excepción para el libro, es decir, que los suministros que la Administración hace a las bibliotecas se puedan comprar directamente a librerías pequeñas e independientes. Antes era posible que te adjudicaran de manera directa hasta 15.000-20.000 euros. Sin embargo, con el cambio, toda la dotación se decide en un único concurso, ya no se parcela, y la complejidad de estos concursos implica que las pequeñas y medianas librerías se queden fuera.

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